Por: Jairo Ochoa, Gerente de Ventas Corporativas de Samsung Electronics Chile
Hace algunos días tuvimos la oportunidad de escuchar a tres candidatos presidenciales presentando sus agendas sobre Transformación Digital, y sus propuestas para el proceso de digitalización de las empresas y del estado. Esto ocurrió en el marco del 5° Summit País Digital 2017, marcando un precedente sobre la importancia de abordar este tema.
La Transformación Digital es un hito fundamental en la evolución de las empresas, y debería estar en la mente de sus ejecutivos(as). Los beneficios que conlleva son realmente importantes, pues agrega valor y genera nuevas oportunidades de negocio, mejora la experiencia del usuario, permite mayor productividad, ahorro de costos y procesos más ágiles. Todo esto es parte de la recompensa que pueden disfrutar empresas de todos los tamaños, después de esfuerzos, no menores, pero sí abordables.
Según cifras de la consultora IDC, si bien hoy sólo el 2,6% del gasto del PIB está asociado a la Transformación Digital, se espera que éste se duplique para 2020 de la mano de otras empresas.
La Transformación Digital conlleva varios desafíos. Por ejemplo, lidiar con la interoperabilidad, entendida como el hecho de que diferentes sistemas conversen entre sí, lo cual es importante para consolidar el paso al mundo digital. Y por supuesto, es vital brindar la seguridad a la información de la empresa, teniendo en cuenta este punto clave para migrar a la nube.
Sin embargo, es importante entender que la transformación digital no pasa solamente por un tema técnico, sino que tiene un lado humano muy importante, ya que requiere también un cambio cultural significativo. Por eso, se aconseja emprender esta transformación en conjunto,para disminuir los errores y los tiempos de implementación: de ahí la importancia de tener partners para no correr solos en esta carrera.
A pesar de sus naturales diferencias, los candidatos coincidieron en la urgente necesidad de que nuestro país cuente con más inversión en infraestructura, en redes, y una mirada de largo plazo, además de una normativa a la par de los vertiginosos cambios que caracterizan a la industria tecnológica.
En este escenario, están todas las condiciones dadas para que las organizaciones, tanto del sector privado como público, pierdan el miedo y se embarquen en estos proyectos. Para que dejen de ver barreras, y en su lugar vean desafíos por sortear, que a corto plazo traerán grandes beneficios.
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