Por: Germán Sáenz. Gerente de Ciudadanía Corporativa y Asuntos Públicos de Samsung Chile
¿Están las escuelas de Chile entregando a los escolares los conocimientos y destrezas que van a requerir para desenvolverse con éxito en la sociedad del mañana?
Es difícil anticipar lo que depara el futuro, sobre todo en un mundo que cambia tan vertiginosamente. Sin duda es importante que los estudiantes aprendan ciencias naturales, para que comprendan el mundo a su alrededor y sepan cómo funcionan los seres vivientes y el medio ambiente. Evidentemente es importante aprender lenguajes, como el español, o el inglés, y otros más, que les permitan comunicarse y conocer otras culturas. Y así sucesivamente podemos justificar muchas otras materias.
De la misma forma, consideramos imprescindible que aprendan programación, pues así los alumnos logran entender cómo funcionan los dispositivos tecnológicos que los rodean en nuestra sociedad digital, y entender su lenguaje.
Es cierto que no todos están llamados a ser programadores, pero también es una realidad que aprender los fundamentos de este nuevo código ayuda a desarrollar en los estudiantes las habilidades que serán útiles para cualquier trabajo en el mundo laboral. Además es una herramienta que está en pleno desarrollo y que, sin duda, llegará a tener un gran potencial en las profesiones y talentos del futuro.
Como compañía, hemos visto de cerca los beneficios de aprender a programar, pues hace 3 años nos embarcamos, junto a la Fundación País Digital, en una cruzada por llevar la programación a los escolares de Chile. Así nacieron los Clubes de Apps, que hoy están activos en decenas de escuelas a lo largo de todo Chile, permitiendo a miles de escolares desarrollar sus propias aplicaciones para móviles.
Gracias a esto, muchos jóvenes actualmente dominan este lenguaje que nos parecía tan futurista, pero que ya es parte de la realidad. Y más allá de esta destreza técnica, los Clubes de Apps les han ayudado a desarrollar su capacidad analítica y lógica, su creatividad, la capacidad para resolver problemas, el trabajo en equipo, y mucho más.
Lo mismo se ha visto con otras iniciativas, de hecho, ya en 2014 el estudio “Comprender la fuente del código con imágenes de resonancia magnética funcional” (Understanding Source Code with Functional Magnetic Resonance Imaging) publicado por investigadores norteamericanos y alemanes, indicaba que las principales áreas que se activan en el cerebro de un programador son las relacionadas a la memoria del trabajo, la atención y el lenguaje, algo que apunta a una fuerte conexión entre el procesamiento del lenguaje y la programación.
Como sociedad podemos y debemos entregar estas nuevas herramientas, y así abrir una nueva forma de aprender, fundamentalmente para los niños, quienes serán los responsables de construir el mundo que nos tocará vivir en algunos años más. Consideramos fundamental que todos los escolares tengan acceso a estos conocimientos, y se acerquen de igual manera al mundo digital, adueñándose de este lenguaje tan útil.
Quienes manejen la programación no sólo se desarrollarán mejor académica o laboralmente, sino que podrán tener más oportunidades de lograr grandes cosas, las que tengan impacto a nivel país y que cambien de manera positiva la sociedad y por qué no, el mundo.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.