Por: José Tomás Infante. Ingeniero Comercial. Gerente General y Co fundador de la Cervecería Kross
Las empresas siempre están perfeccionándose y buscando estar al día con las tecnologías, para así ser más eficientes en sus procesos productivos y optimizar los tiempos de trabajo, pero ¿qué pasa con el capital humano?
Según un estudio de la empresa Kibernum, “existe un gran déficit de capital humano, el que llegaría a ser de casi 450.000 puestos desocupados para el 2019 en Latinoamérica. Por lo tanto, este nuevo escenario podría significar una pérdida de gran valor si las empresas no observan esta problemática y crean políticas inclusivas.
Con la globalización, pequeños y grandes empresas han avanzado en esta materia, olvidando a veces en ese viaje la importancia de las personas. Para que un negocio tenga éxito, más allá de fijar la meta, es necesario que reflexione acerca del equipo de trabajo que quiere tener para lograrla, ya que, si surgen imprevistos, será ese capital humano el que tendrá que ser capaz de cambiar de rumbo sin problema y encontrar las soluciones.
En la actualidad el gran error es que los empresarios asumen que tienen todo resuelto y que saben hacia dónde se dirige su negocio, pero en la práctica, las industrias no son fijas, ni tampoco los negocios, que pueden modificarse, evolucionar o incluso verse perjudicados si cambian las reglas del juego.
De acuerdo a Jim Collins, autor del libro “From Good to Great” y profesor de la Universidad de Stanford, “los verdaderos líderes son los que empiezan con quién antes que hacia dónde, y se aferran a esa disciplina sin importar las circunstancias, porque de esta forma es mucho más fácil adaptarse a un mundo cambiante”.
Collins también dice que otro factor clave es la auto motivación. Indica que las personas adecuadas son aquellas que no necesitan ser motivadas, tienen su propio impulso para producir, y de esta forma obtienen los mejores resultados. La empresa se dedica a generar las reglas y políticas donde se desarrollan, más que poner sólo el foco en planes de incentivos.
Dado este escenario, las compañías deben reflexionar acerca de la importancia del capital humano en el trabajo, porque son las personas las que tienen la capacidad y las herramientas para resolver situaciones que las tecnologías no pueden. Como dijo alguna vez el reconocido empresario e inversor neozelandés, Steve Saunders “no importa lo que pase siempre vas a necesitar a las personas”.
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