Por: Esteban Valenzuela Van Treek.
Candidato a Consejero Regional por Rancagua. Vicepresidente de la Federación Regionalista Verde Social. Dr. en Historia (Valencia), Máster en Ciencias Políticas (UC) y en Desarrollo (Wisconsin). Director del Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos de la U. Alberto Hurtado. Expresidente Comisión de Estado para la Descentralización (2014)
A menudo me preguntan las razones que me motivan para asumir una candidatura a Consejero Regional por Rancagua. La respuesta es una sola: opté por valorar el espacio del Consejo Regional (CORE) como un lugar desde donde puedo aportar al desarrollo de la región y empujar soluciones a los temas metropolitanos del Gran Rancagua, entre ellos el transporte, la crisis ambiental, la diversificación del empleo, el desarrollo social integral de barrios populares, las vías estructurantes, la cultura desde lo local, pasar de ideas a proyectos en Paso Las Leñas, en definitiva aportar a la construcción de ciudadanía amable.
Soy un convencido que ser CORE es consecuencia de un sueño colectivo que sumado a las experiencias y conocimientos adquiridos en mi vida profesional, académica y política hacen factible impulsar y materializar una serie de proyectos transformadores para Rancagua y la región de O´Higgins, al alero de un Plan de Gobierno Metropolitano del Gran Rancagua.
Nuestra ciudad requiere un viraje desde su rezago… desde el Consejo Regional se pueden entregar soluciones estructurales para mejorar la calidad de vida de los rancagüinos y lo habitantes de toda la región, ya que según el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) de la Universidad Católica de Chile, Rancagua está apenas en el lugar 38 de 93 ciudades de Chile.
En salud y medio ambiente, los índice de Rancagua están entre los peores de Chile con sólo un 27% de un máximo de 100%, seguido en lo malo por “ambiente de negocios” (34.7%) y condiciones socio-culturales (37,1%) donde todos los aspectos de convivencia pacífica y amable juegan un factor clave.
Asimismo, Rancagua exhibe un regazo evidente en conectividad (27%), por la ausencia de mejoras en el Gran Rancagua, las dobles vías a Doñihue/Las Cabras y Santa Cruz (recién primera fase), así como la falta de autonomía en la costa entre Pichilemu y Navidad.
En materia de Medio Ambiente (35%): donde la pésima calidad del área en la Provincia de Cachapoal es el dilema esencial.
A nivel regional, la Actividad Económica (45%), sigue dependiente de dos polos (minero y agrícola) y la existencia de serios problemas de calidad del empleo, factor clave para avanzar hacia una mayor igualdad.
Por lo mismo, considero que es clave dar dinamismo al Consejo Regional y usar sus instrumentos y facultades al máximo, ya que existen potestades tanto focalizadoras de recursos de inversión en el tradicional Fondo Regional de Desarrollo Regional (FNDR), al cual postulan municipios y organismos públicos, donde se presenta desde pavimentos, caminos rurales, mejora de consultorios y colegios, alcantarillados e infraestructura deportiva y cultural relevante.
Pero además los COREs deben generar planes, políticas y aprobar los FIC (Fondo de Innovación para la Competitividad) y el 2% para seguridad, deportes y cultura.
También los Consejos Regionales revisan las propuestas de cambios a los planes reguladores intercomunales por lo cual tienen poder en la medida que se articulan con quienes propician racionalidad y corresponsabilidad en estas materias.
Los COREs y los Gobiernos Regionales tendrán nuevas atribuciones y Divisiones: desarrollo social de infraestructura con transporte, fomento e industrias, área metropolitana. Será clave pasar de lo general y articular a municipios, comunidades y organismos públicos en políticas efectivas y urgentes.
Estas son las razones que motivan mi candidatura a Consejero Regional por Rancagua… creo que es hora de dejar atrás el rezago y avanzar con decisión, creatividad y conocimientos en la construcción de la ciudad y región que anhelamos. Es hora de trabajar con ideas y fuerza en las soluciones de fondo.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.