Por: Jorge Romero F. Convergencia Regionalista Eco Social
Ayer la humanidad ha sido testigo de un hecho político esperanzador: la guerra fría, con sus prácticas bélicas y antihumanistarias, a mediados del siglo pasado, dividió a un pueblo, matando a más de tres millones de seres humanos y dejando una secuela de odios y divisiones.
Ayer se ha consumado un encuentro, que en rigor es un reencuentro, que por la vía pacífica abre el camino del entendimiento.
Nuestras autoridades políticas debieran aprender de este acto. Deben entender que la resolución de los conflictos que el Estado de Chile mantiene con los pueblos originarios, se debe resolver por la vía política, es decir, de manera pacífica.
La Convergencia Regionalista Ecosocial de La Araucanía, llama a todos los actores políticos de nuestro Wallmapu a aprender de la sabiduría de nuestros ancestros, que resolvían las diferencias y conflictos a través del KOYANG, es decir, mediante el diálogo y el entendimiento. Para lo cual, el Estado chileno debe hacer un acto de constricción y reparación por el genocidio cometido, que se ha perpetuado en el tiempo con el despojo y el abandono. Y que hoy se pretende consolidar con la enajenación de la tierra en mano de las comunidades.
El Estado chileno no puede seguir afirmándose en un pasado construido sobre lógicas bélicas para avalar injusticias del presente. La historia también, como al pueblo de Corea, nos da una oportunidad para la paz, que no podemos desaprovechar.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.