Por: Nicolás Bravo. Coordinador de Contenidos, Fundación Chile Descentralizado
Las regiones en Chile se encuentran en un proceso trascendental en el contexto del proceso de descentralización. A fines del año 2017 el Congreso Nacional aprobó la legislación sobre traspaso de competencias a los gobiernos regionales, y la ley orgánica que regiría a los nuevos gobernadores regionales electos democráticamente. Es decir, nos encontramos en una nueva fase del proceso, una “Descentralización 2.0” como la ha denominado la Fundación Chile Descentralizado.
Sin duda, la elección democrática de intendentes, que se llamarán gobernadores regionales, ha sido una causa histórica dentro del regionalismo que se remontan incluso al siglo XIX con los orígenes de nuestra república independiente. Este gran hito sacará a Chile del anómalo lugar en el mundo donde era una de las pocas democracias modernas que seguía designando centralizadamente a sus máximas autoridades subnacionales. A nivel internacional, países con democracias cuestionadas como Turquía o Rusia aun designan a sus autoridades regionales desde el gobierno central.
Más allá de la algarabía regionalista por este cambio histórico que permitirá que la ciudadanía elija a sus gobernadores regionales, surge una interrogante que nos llama a la mesura: ¿están preparadas las regiones para esta nueva fase de “Descentralización 2.0”? No del todo, y desde este punto se origina el diagnóstico de la Fundación Chile Descentralizado, la cual ha desarrollado una serie de actividades destinadas a activar a las regiones en este importante proceso que estamos viviendo.
Se trata de Talleres con Líderes Regionales, actividades que han buscado generar espacios de encuentro entre los diferentes actores en las regiones, donde se cuentan parlamentarios, autoridades y funcionarios del gobierno regional, alcaldes y concejales, consejeros regionales, dirigentes sociales, líderes empresariales y gremiales, académicos, estudiantes, organizaciones de la sociedad civil, y ciudadanía en general.
Toda esta organización se ha hecho en alianzas con diferentes instituciones regionales y nacionales, y también ha contado con el importante apoyo internacional desde Alemania con la Fundación Hanns Seidel, país del cual Chile tiene mucho que aprender en cómo un país puede ser exitoso de manera descentralizada, respetando las particularidades regionales tal como lo muestra la misma Fundación Hanns Seidel desde Baviera. A la fecha, se han realizado Talleres Regionales en Atacama y La Araucanía, teniendo una gran respuesta en convocatoria, con una buena acogida por parte de la ciudadanía regional.
Debemos entender que este proceso de Descentralización 2.0 lo tenemos que construir entre todos. Ya la SUBDERE se encuentra realizando capacitaciones a los gobiernos regionales sobre la implementación de la ley de traspaso de competencias, pero la preparación no termina en el Estado.
La sociedad civil a través de sus diversas organizaciones, como las universidades u organizaciones ciudadanas o empresariales tienen mucho que aportar para este nuevo escenario que se nos presenta. El 2020 está a la vuelta de la esquina, y las regiones tienen que estar a la altura de este desafío. Por todo lo avanzado en estos años y décadas de lucha, las regiones tienen el deber de prepararse como corresponde.
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