Por: Josefa Villarroel. Magíster en Políticas Públicas, especialista en programas de emprendimiento. @JosVillarroel
¿Quieres emprender? Tienes ganas, pasión, una idea, un proyecto, fuiste a varias charlas, tienes el dominio web, una landing page, redes sociales, un “canvas” y un pitch. Estás pensando en postular a “un Corfo” o tal vez, ya te ganaste uno.
Sin ser adivina, seguro que tu proyección es vender un millón de dólares dentro de los próximos tres años y aunque el dinero “regalado” por el Estado te parece la solución total a los temas financieros de tu emprendimiento, te aseguro que más temprano que tarde te darás cuenta de que no lo es.
Como muchos emprendedores, crees tener todo lo que necesitas para comenzar, pero antes de que te corones con el título de Founder/CEO de la nueva startup, que con algo de astucia logrará una nota en la sección de innovación de algún diario o un retweet de algún gurú del ecosistema emprendedor, te pregunto ¿Tienes una estrategia para financiar el crecimiento de tu emprendimiento y evitar ser un “subsidio-dependiente”?
Entonces, si tu emprendimiento dependerá principalmente de los fondos del Estado, prepárate para la fama, pero no necesariamente para el éxito. Así es, porque lo más probable es que te transformes en un experto en “postular y ganar”, alcances la categoría de “rostro” del fondo semilla de moda y visites unas cuantas ciudades como “rock star” gracias a tu historia de cómo lograste ganar 20, 25 o hasta 60 millones de pesos.
Si de algo estoy segura, con tantos años conociendo casos de emprendedores, es que salvo que tu emprendimiento se trate de crear una consultora tipo McKinzey o un 500 startups, un millón de dólares no se alcanza ganando concursos de pitch, postulando a cuanto subsidio aparece o enseñando a otros emprendedores cómo postular.
Y sin importar cuan real parezca el espejismo, un millón de dólares se logra con foco total y absoluto en tu emprendimiento, transformándote en un experto en la industria y con una estrategia de cómo llevarás esa idea a una empresa que produce, factura y administra un millón de dólares.
Contrario a lo que puede parecer, esta no es una columna en contra de los subsidios que entrega el Estado para apoyar el emprendimiento. En ese sentido mi posición siempre ha sido clara: “los subsidios son una oportunidad y como todas las oportunidades deben aprovecharse como un apoyo, un impulso que te permita mejorar tu estado actual”, el problema es cuando el mal llamado “regalo” deja de ser un medio para y se transforma literalmente en el fin de un emprendedor.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.