Por: Luis Moncayo M. Director del Instituto de Políticas Públicas de la UCN, sede Coquimbo. Presidente del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y del Capítulo Regional de la Fundación Chile Descentralizado
Llama la atención de diversos actores de la macrozona norte, y en particular de la región de Coquimbo, que la Universidad Católica del Norte esté ofreciendo un Magíster en Políticas Públicas y Gobernanza Territorial. Este programa de postgrado busca formar capital humano en políticas públicas y gobernanza territorial, potenciando y fortaleciendo capacidades en la formulación de problemas públicos, el diseño, implementación y evaluación de instrumentos de política pública, desde una perspectiva regional descentralizada y con una mirada holística.
Esta iniciativa dirigida a profesionales y ejecutivos del sector privado y del sector público, y con la intención de conformar una masa crítica regional en ambos sectores, capaz de dialogar y enriquecer sus desempeños laborales a fin de aportar sustentabilidad y gobernanza al territorio y a las empresas que se desenvuelven en él, es una buena noticia. Es de público conocimiento que un adecuado desarrollo de cualquier proyecto privado o iniciativa pública requiere de una interacción y vinculación virtuosa con su entorno a fin de que los logros de las políticas públicas y de las empresas generen gananciales, tangibles o intangibles, a los titulares de dichos proyectos, a los destinatarios de ellos y a la comunidad en que estos se insertan.
En este marco nos preguntamos ¿Por qué los discursos y relatos públicos y privados hablan de la alianza entre ambos sectores y se avanza poco en poner al servicio de un desarrollo sustentable las inmensas capacidades y sinergias que ambos sectores pueden generar?
Hace días unos empresarios me manifestaban desazón porque veían que ellos conversaban con las autoridades y el sector público cuando “tenemos problemas o necesidades imperiosas” o cuando “las autoridades nos necesitan”. Esta forma de relacionarse hace difícil la escucha, el oído atento, el ponerse en el lugar del otro, el entender el lenguaje y los códigos de cada parte. Más difícil es lograr en esta lógica puramente instrumental, relevar el bien común y mirar la sociedad desde este prisma.
Estudios científicos desarrollados en diversos contextos, han evidenciado que cuando los proyectos privados y las empresas se gestan, se formulan y se desarrollan en diálogo con las autoridades nacionales y locales, la comunidad y los diversos grupos de interés, la sustentabilidad de estos y el valor compartido se hace más viable. Del mismo modo, cuando las autoridades diseñan las políticas públicas y los programas gubernamentales en diálogo efectivo con los actores ya mencionados, la gobernabilidad de la gestión de estas y la gobernanza se hacen más efectivas. El resultado de lo anterior es: un desarrollo sustentable y sostenible y una cohesión social que aseguran en mejor medida una alta calidad de vida de las personas y un activo rol y participación de los ciudadanos en la cosa pública.
La pregunta de fondo es ¿porqué ello ocurre en muy contadas ocasiones? Quizás hasta hoy lo que ha faltado es capacidad de comprenderse los códigos, la lógica, el lenguaje, los intereses y las aspiraciones, que cada uno de los cuatro actores de la denominada cuádruple hélice tienen, para ponerlos al servicio del bien común; me refiero al sector privado, al sector público, al sector académico y a la sociedad civil. Cuando estos actores de la sociedad aprendan a escucharse, a entenderse, a no excluirse unos a otros, a identificar en conjunto los verdaderos problemas públicos y como estos inciden en las decisiones públicas y privadas, habremos iniciado el camino de la coconstrucción de una sociedad que satisface las necesidades personales y las colectivas aprovechando las capacidades diversas de las personas diversas.
Por ello que iniciativas como las de la UCN de formar masa crítica en la región de Coquimbo y en la macrozona norte reuniendo a profesionales y ejecutivos de empresas privadas con directivos y profesionales del sector público regional y local en un momento en el que avanzamos con dificultades en un proceso descentralizador, son buenas noticias para el país y las regiones.
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