Por: Sandra Díaz. Directora de Valor Humano WOM
A pocos meses de partir el año, las demandas de las mujeres se han tomado los espacios públicos y la calle, convocando a una manifestación a nivel mundial para este 8 de marzo.
Si bien un día no es suficiente para visibilizar todo lo que falta por avanzar en materia de igualdad de derechos a nivel local y global. Hacer una pausa este día nos vuelve capaces de reflexionar y pasar a la acción para no mantenernos estáticos frente a las injusticias que podemos sentir en todos los lugares, incluso en el trabajo.
Al ser parte de una compañía que se caracteriza por decir y hacer las cosas de una manera genuina y valiente, estamos llamados a apoyar y contribuir en la reducción de brechas y la igualdad de condiciones.
Es una realidad preocupante la inequidad de género a nivel laboral y por lo mismo nos hemos propuesto aumentar un 10% mujeres en cargos de liderazgo. Algo que no sólo esperamos cumplir a modo de cuota sino resaltando aptitudes y méritos, sobre todo en áreas que tienen gran proyección de futuro y para las que pueden haber mucho más talentos y campo laboral.
Pero si contratamos más mujeres y crecemos en número no estaremos siendo realmente gestores de un cambio, por eso apostamos también a una cultura interna diferente, una cultura de diversidad que haga que todos se sientan valiosos y crezcan.
Por eso pensamos que la respuesta de las empresas ante la inequidad de género debe ser interpretar el sentir de sus trabajadores y motivar a que las mujeres tengan un mejor escenario para desarrollar mayores aspiraciones. Que nadie quede fuera porque cree que no es el perfil del cargo o que no está calificada para él. Debemos crear el escenario perfecto para potenciar a las mujeres y demostrar que pueden, derribado ese techo de cristal del que tanto se ha hablado, y acelerando un proceso que empezó hace varios años y que no puede permitirse retrocesos.
Es más. Según datos entregados por el Foro Económico Mundial, de mantenerse las tendencias que se dan en la actualidad, necesitaríamos más de 200 años para cerrar la brecha de género en el trabajo. No dejemos que esto pase. Hoy desde las empresas podemos hacer cambios, romper esquemas y reducir este tiempo.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.
Una respuesta
1.- Tal como dice, son las mujeres las que no se creen el cuento. “Que nadie quede fuera porque cree que no es el perfil del cargo o que no está calificada para él. ”
2.- Los trabajo y sueldos obedecen a la ley de oferta y demanda del mercado laboral, hay muchas mujeres que ganan más que los hombres y que tienen puestos gerenciales.
3.- Como empresa y una persona con un alto cargo no se puede identificar con un movimiento que no busca igualdad, no hay ley y no se puede emitir que fije los sueldos en empresas privadas, ni los criterios a utilizar en los ascensos o contrataciones, buscan leyes del embudo que ya existen, ese es el movimiento feminista.
por los 3 puntos anteriores demuestro que su movimiento está completamente errado en estos puntos, ya que esa igualdad que dicen no es un derecho por el cual se hagan marchas o protestas, el derecho es a trabajar y ese derecho ya lo tienen, de ahí entra el juego del punto 2. Yo trabajé en una empresa en la cual entré el año 2003, ya se aplicaba todo lo que reclaman, mujeres y hombres en mismo cargo teníamos el mismo sueldo, teníamos jefas mujeres, y una gerente.