Por: María Elena Rudolphi. Químico farmacéutica de Farmacias KNOP
La homeopatía nace en Europa hace más de 300 años, en el siglo XVIII. Con el pasar de los años, ha logrado formar parte del sistema público de salud en países como Francia, Alemania, donde cada vez más personas reciben sus beneficios para la recuperación de su salud.
Es así como en América, en nuestros días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que hasta un 60% de la población latinoamericana utiliza medicinas complementarias, donde la homeopatía resulta ser una de las más prestigiosas.
En Chile, desde 2010 el Minsal ha reconocido a la Homeopatía dentro del marco de las Terapias Complementarias junto a la Acupuntura y la Naturopatía. Cada vez más personas buscan con mayor interés tratamientos naturales que le ayuden a enfrentar el estrés, el insomnio, la tensión, crisis de pánico, alergias, etc.
También, buscan en este tipo de medicina mejorar su concentración, rendimiento físico e incluso mental, para conseguir balance, mejorando la calidad de vida con cariño, cuidado y respeto, con el menor riesgo en la aparición de efectos secundarios y sin riesgo de toxicidad, representando un complemento que bien dirigido por un profesional de la salud calificado, representa un gran aporte para la salud.
Las personas desean soluciones más armónicas que no provoquen dependencia, sino que sean capaces de activar los mecanismos propios del organismo, una respuesta efectiva, donde los efectos secundarios se reduzcan. Los principios activos de la homeopatía se obtienen del reino mineral y vegetal mayoritariamente, es por ello que está en concordancia con un estilo de vida donde las personas quieren dejar atrás los químicos y regresar a la naturaleza para encontrar soluciones o productos que los beneficien en la salud.
Dentro de este contexto es que el pasado 10 de abril se celebró un nuevo Día Mundial de la Homeopatía, esperando que siga apoyando la buena salud de los chilenos.
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