Por: Sandra Díaz. Directora de Valor Humano WOM
En los últimos años los cambios han ocurrido de manera vertiginosa, y el mundo del trabajo no está exento de esto. Las formas en que trabajamos evolucionan, se adaptan a las necesidades del mercado y nuevas generaciones ingresan al mundo laboral. Sólo a modo de ejemplo, de la mano de la conectividad y de dispositivos móviles, actualmente nuestro trabajo no está amarrado a una oficina ni un escritorio. Hoy, tenemos la posibilidad de controlar todo desde la palma de nuestra mano: el correo electrónico, conversaciones, presentaciones e informes, entre otras cosas.
Muchos de estos cambios son evidentes y otros no tanto, pero lo que sí es claro, es que las empresas debemos pensar en cómo resignificamos las relaciones de trabajo en la era digital, cómo generamos sentido y mejoramos los ambientes laborales, cómo fomentamos la calidad de vida, la flexibilidad y la felicidad. La recompensa será una mayor productividad y una sociedad física y mentalmente más sana.
Si bien todos los procesos de modernización afectan a las compañías, las estrategias de cambio e innovación deben centrarse en las personas, en sus preocupaciones y los cambios que los afectan. Las empresas tenemos el deber de adelantarnos a las jugadas y entender la problemática en profundidad, para luego proponer soluciones innovadoras.
Demandas como mejorar la calidad de vida, reducir jornadas laborales a 40 horas semanales, o bien entregar beneficios transversales para todos los colaboradores, como por ejemplo, sala cuna universal van precisamente en esa dirección y nos muestran que aún existen necesidades que buscan ser atendidas por nuevos paradigmas.
Como compañía nuestro llamado es a que las empresas no sólo innoven empujadas desde las exigencias legales, sino que sean visionarias y proactivas en implementar cambios que transformen la vida de las personas y de la propia compañía.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.