Por: Marcelo Acosta. Co-Fundador de PagoFácil.cl
Con la entrada en vigencia de la Ley de Pagos a 30 días (Ley de Pago Oportuno), comienza una cuenta regresiva de 2 años que tiene foco en solucionar las causas centrales u originarias de las malas -y recurrentes- prácticas en el retraso de los pagos por parte de las empresas en Chile.
¿Por qué razón es una factura pagada en más de 30 días? ¿Se trata de demoras en los procesos internos de aprobación y liberación de pagos? ¿Existe un mal manejo de flujo de caja? ¿De qué manera las empresas se adaptarán a esta Ley para poder cumplirla? ¿Qué opciones tienen las empresas que dependen de flujos de pago desde el extranjero frente a esta normativa?
Este no es solamente una vía de una dirección donde los pequeños se ven beneficiados, sino que pequeñas y medianas empresas pasarán a tener estas mismas obligaciones.
Por esto, es necesario que todas las empresas, ya sean grandes, medianas y pequeñas actualicen su forma de trabajo y se genere una mayor conciencia de qué instrumentos de financiamiento se tienen a disposición, de forma de elegir el que ofrece mejores condiciones.
Ojo, este es un tiempo de oportunidades para quienes puedan realizar aportes positivos a estos procesos, como para las fintechs (empresas tecnológicas del mundo financiero) quienes pueden aportar con nuevas posibilidades de financiamiento, como el crowdfunding (financiamiento colectivo), o la disponibilización de medios de pago en cuotas, que permitan cumplir con la ley sin afectar el manejo del efectivo.
Sin embargo, este avance no se trata sólo de penalizar a quien no pague a 30 días. Todos tenemos que apoyar de forma responsable para que este pago oportuno se pueda hacer realidad sin los efectos no deseados o no previstos al redactar una ley que tiene en su corazón el beneficiar a todos los actores de la economía nacional.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.