Por: Antonio Santana R. Periodista. Diplomado en Comunicación Estratégica, Gobierno y Gestión Pública
Para los países OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) sería algo insólito. Y claro, si como país presentamos un buen ranking a nivel latinoamericano, sin embargo entre todos las naciones miembro, estamos muy por bajo el promedio en calidad del sistema educativo.
Por ello, hace unos años se da a conocer el indicador que ubica a Chile como uno de los países donde las personas más gastan en educación. La pregunta es; ¿Estamos eligiendo precio-calidad?
Claramente un terremoto en el mundo social ha causado la determinación que el Consejo Nacional de Educación tomó para disminuir las horas de Historia y Educación Física en 3ero y 4to medio dejando las asignaturas como optativo.
Sacamos a colación frases tan connotadas como “un país sin historia es un país sin memoria”, pero el análisis va mucho más allá de eso. Estamos frente a un sistema educativo que invierte no más de 150 mil pesos por un niño de educación básica pública, a diferencia de un reo en presidio promedio que le cuesta al estado cerca de 730 mil pesos mensuales, y en los niños del SENAME cerca de 290 mil pesos.
Donde están los profesionales que han defendido de manera férrea la educación pública, o más bien el derecho de aprendizaje en la sociedad del siglo 21, las garantías sociales están cada vez más lejanas a los diseños de políticas públicas, sabiendo que no todo recae en cuántos pesos se invierten en el sistema, sino en las prioridades y diseños de estándar internacional y en cómo vinculamos y articulamos de manera más entrelazada la educación básica con la técnica y la superior.
Los indicadores son evidentes y los resultados a más de una década de la jornada escolar completa que propone potenciar talleres multidisciplinarios nos deja en el mismo punto de partida, la mediocridad. Eliminar asignaturas tan esenciales como Historia y Ciencias Sociales, Educación cívica, Ed. Física y no incorporar contenidos como Liderazgo, Educación Financiera y emocional nos hunde y limita como sociedad, si no se avanza en ello, simplemente busquemos el candado y cerremos por fuera.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.