Por: Mauricio Meyer. Gerente General Hotel NODO
En los últimos días hemos sido testigos directos del aumento de temperaturas que está sufriendo nuestro país, situación realmente preocupante cuando se toma en cuenta que Chile se sitúa dentro de las 10 naciones más afectadas y vulnerables al cambio climático.
El área de la arquitectura y construcción no puede mantenerse ajena a esta realidad, especialmente porque son responsables de casi el 20% de las emisiones globales de C02, cifra que considera únicamente la quema de combustible de la industria y no el consumo energético ni la demanda de recursos naturales, por lo que la cifra en realidad es aún mayor.
La arquitectura sostenible podría ser una herramienta fundamental para alcanzar la ambiciosa meta que ha propuesto el gobierno en que Chile sea el primer país en vías de desarrollo en ser carbono neutral el 2050, es decir que pueda ser capaz de absorber tanto C02 como el que genera, a modo de que el impacto medioambiental sea cero. Este desafío se acentúa más, considerando que faltan pocos meses para la COP 25.
Como referentes de una nueva forma de hacer hotelería hemos optado por ser agentes activos en esta nueva misión país y hemos incorporado tecnologías que nos permiten contar hoy con un edificio que literalmente purifica el aire.
Para tener una idea del impacto medioambiental, un único edificio puede equivaler a 1,5 hectáreas de bosque y su alcance puede eliminar la misma cantidad de nitrógeno producido por más de 180 autos al recorrer 30KM.
Estas cifras ameritan replantear la importancia y el impacto que podría tener posicionar una arquitectura sustentable en nuestro país como herramienta clave para combatir el cambio climático, no solo reduciendo la dependencia energética, sino que atacando directamente la contaminación.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.