Por: Lorenzo Agar C. Prof. Ag. Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Docente, Formación General, Universidad Diego Portales. Sociólogo. Mg; Ph.D
En el World Economic Forum 2018 se han destacado 16 habilidades para que un estudiante sea competitivo en el siglo 21. Estas han sido separadas en tres niveles. El primero dice relación con habilidades ligadas a conocimientos propiamente tal: letras; aritmética; ciencias; TICs; finanzas; cultura y civismo. Estos conocimientos nos permiten enfrentar las tareas cotidianas en cada ámbito de acción profesional.
El segundo grupo de habilidades se vincula con las competencias y apunta a identificar cómo los estudiantes se aproximan a asuntos de mayor complejidad. Estos son: pensamiento crítico, orientado a resolver problemas; creatividad; comunicación; colaboración.
Un tercer grupo de habilidades se relaciona ahora con el carácter del estudiante. Por cierto que el carácter depende fuertemente de la personalidad, la historia de vida y el entorno cultural por lo que este es un aspecto que tendremos que analizar luego con mayor detalle. Esta habilidades de carácter serían: curiosidad, iniciativa, persistencia, adaptabilidad, liderazgo, consciencia social y cultural.
¿Qué es la formación general? Una primera aproximación conceptual se hace necesario y se presenta tan complejo como puede ser la definición de cultura, desarrollo o calidad de vida entre otras.
Federico Gómez de Castro en su texto “Concepto de Formación General en Giner” (s/f) señala que la formación general para los neohumanistas consiste en el equilibrio interno nacido de la armonía de todas las fuerzas individuales con la comunidad y el universo. Este proceso que Goethe llama “metamorfosis” culmina en una “forma interior bella”. Contiene pues una dimensión estética de relevancia. En contrapartida la acentuación de la dimensión social que aspira a construir una sociedad armónica a partir del desarrollo y perfección individuales es elaborada por autores de talante filosófico
La formación general no tiene limite definido alguno, no se reduce a un periodo determinado de la vida, sino que comienza con esta y dura tanto como ella dura. El hombre está siempre recibiendo nuevas impresiones que excitan en él nuevas representaciones, sentimientos, reacciones de todas clases y que a la vez educan su energía y aumentan sin cesar así el contenido actual de su conciencia como la forma en este contenido se entreteje con sus antecedentes.
Para Giner no hay sino dos esferas en la educación humana: “La educación general para formar al hombre como tal hombre, en la unidad y armonía de todas sus fuerzas y la educación especial o profesional que lo prepara para el desempeño de una función social determinada” (p. 204).
Bajo este prisma es claro que la formación general consiste en una formación onstante durante la vida y además debe consistir en el desarrollo de capacidades congnitivas y emocionales para comprender el entorno cultural, el medio profesional diverso, el medio social, con sus diferencias, el medio jerárquico (trabajar hacia arriba, hacia abajo y sobre todo hacia los lados). En este sentido la formación genral debe ayudar a los estudiantes a comprender todas esas relaciones que se establecerán a lo largo de su vida laboral. Esta es una de sus funciones centrales.
En este sentido nos parece adecuado observar dos grandes enfoques teóricos y cómo se pueden aplicar a la formación general. El enfoque positivista y el comprensivo; por un lado la noción de progreso y por otro la de progresividad. Estas diferencias de aproximación marcan sin duda alguna la formación general que se entregará a los estudiantes.
Nuccio Ordine, académico italiano, en su visita del año pasado a nuestro país, habló de su ensayo acerca de la “utilidad de lo inútil”. Apunta a la importancia de reivindicar aquello que parece inútil porque no genera beneficio material pero que es de enorme importancia para hacer la humanidad más humana. Dice: “el problema es que vivimos en un contexto político, social y económico que es dominado por la dictadura del utilitarismo. La primera cosa que se pregunta es ¿para qué sirve? ¿Para qué sirve leer poesía? ¿Para qué sirve visitar el museo del prado en Madrid? Para qué sirve visitar el museo del Louvre en París? Bueno, es claro que en el universo del utilitarismo es muy fácil entender la eficacia de un utensilio, por ejemplo, un martillo, un cuchillo, una llave inglesa, pero es más difícil comprender para qué sirve un cuadro, un poema, una sinfonía” (Entrevista en El Mercurio, Santiago Chile, Artes y Letras domingo 21 de octubre de 2018).
A propósito de esto viene al caso citar una bella perla del sufismo que se refiere al Estado de Alerta Consciente. Dice:
Un entusiasta joven, luego de haberse aplicado durante más de diez años al estudios de diversas doctrinas y ciencias, cobró cierta fama en su pueblo y fue muy respetado a causa de su erudicción. En una ocasión decide visitar a un Maestro Sufi para que le enseñara el camino de la sabiduría. Como es sabido, los maestros Sufi no tienen en alta estima la erudicción y desconfían de sus laberintos y rigores. Cuando el joven se encontraba en la puerta, el Maestro lo saluda y le pide que pase. Una vez allí el erudito le pide al maestro que le muestre el camino de la sabiduría, y aquel, por única respuesta le formula una pregunta:
-Dime, noble joven, ¿Has dejado tu morral sobre la mesa?
El joven, sorprendido por la pregunta, titubea unos instantes y responde tímidamente:
-Sí…sí… lo he dejado sobre la mesa Maestro.
-Bien, ¿recuerdas si lo has hecho en el centro, o bien hacia la derecha o a la izquierda?
El joven no pudo responder la pregunta que le había formulado el Maestro y se disculpa por su torpeza.
-Por ahora, noble y entusiasta joven, no puedo iniciarte en el camino de la sabiduría. No eres aún lo suficientemente consciente para ello. Has depositado tu morral sobre la mesa hace tan sólo unos minutos atrás, y si no has podido reparar en un acto tan nimio, no podrás por ahora elevarte hacia lo más sagrado. Todo lo grande comienza siendo pequeño. (Tavani, Cuentos del Sufismo, 2007, p. 113-114).
Esta historia nos lleva simplemente a valorar lo simple, aquello que a veces damos por sentado y que, no obstante, es piedra angular de todo nuestro edificio de sabiduría que pretendemos lograr durante nuestra vida. El paso de lo inconsciente hacia lo consciente mediante actos mínimos de comprensión y alerta son los que se pretende lograr con la formación general. La especialización descansa en la aprehensión de lo general y de los múltiples vínculos entre las acciones cotidianas y las grandes ideas.
Es fundamentalmente el enfoque comprensivo que hemos privilegiado e incluso podríamos atrevernos a señalar que nuestra forma de abordar la temática de los cursos de formación general temáticas de población, desarrollo, políticas públicas, migraciones internacionales y diversidad cultural. Los contenidos se inspiran en una concepción novedosa que podríamos llamar democomprensiva.
Al proceder de una formación sociodemográfica hemos utilizado en nuestra labor docente información denominada dura mas le hemos incorporado una mirada e interpretación blanda. Es posiblemente uno de los rasgos salientes de la experiencia de 5 años en cursos de FG en la UDP: recurrir a todos aquellos antecedentes referenciales que nos parezcan útiles para comprender el fenómeno en estudio e imaginar su desarrollo en nuestros días a la luz de nuestra experiencia personal.
Para la sociología comprensiva tanto la lógica como la imaginación y la razón como la pasión son partes constitutivas de nuestro conocimiento. Y el sentido común un eje central de este análisis. Es pues un enfoque subjetivo que parte por cierto del punto de vista, en este caso, del sujeto observador y que recoge la información histórica, teórica o estadística sin darle el sentido explicativo que podría pretender si nos asociáramos con el enfoque positivo.
Es precisamente todo esto que hemos puesto en juego en la realización de este tipo de cursos de FG. Y como habitualmente digo a mis alumnos de metodología, la investigación y la experiencia personal van de la mano y no deben verse como actos disociados. Por aquello que siempre mis recomendaciones para hacer trabajos de tesis o de investigación apuntan a que la decisión de los temas emanen de la razón práctica mas tengan la aprobación de la razón sensible; o sea, del corazón.
Es básicamente el pensamiento flexible quien nos ha guiado en nuestro trabajo docente. Hemos intentado mostrar la diversidad de realidades concretas desde fuentes históricas y su interpretación en función del conocimiento de los cambios globales y en particular de las sociedades latinoamericanas y la sociedad chilena así como nuestra particular biografía ligada a las migraciones ancestrales. Coincidimos con Michel Maffesoli cuando habla de que mostrar y no demostrar es tanto una clave epistemológica como metodológica. En este sentido le damos sentido a todo el material recopilado en noticias cotidianas sobre las materias enseñadas y el debate que se genera: por ejemplo en el caso chilenos la Reforma Previsional, la Reforma al Sistema de Salud Privado, el proyecto de Ley sobre Eutanasia, Aborto y la Reforma Migratoria. Todas las fuentes (no fake news) son valoradas, todo lo que pueda ser incluso fragmentario, carente de contexto y, por cierto, basado tanto en la subjetividad de quien relata y de nosotros como autores que a su vez subjetivamos la mirada de otros.
Nos inscribimos en la línea posmoderna de valorar aquella verdad plural que descarta los paradigmas como asunto dogmático cuyo supuesto conocimiento se considera absoluto. En este sentido consideramos que la realidad es fuente inagotable de riqueza interpretativa e imaginativa y supera todo pensamiento humano que se autoproclame objetivo y basada en una razón dura o técnica.
En su importante libro La Transfiguración de lo Político (2004) Maffesoli advierte que antes de que se elaborara la noción del Estado – nación, prevalece el equilibrio conflictivo de una realidad con múltiples facetas. Sin que necesariamente exista un pasaje progresivo de lo politeísta a lo monoteísta. Incluso, dice este autor, es un proceso ambivalente: en la pluralidad puede acentuarse la complementariedad de las formas y de las fuerzas. Y también, por el contrario, se puede valorizar lo que unifica, lo monovalente y lo unidimensional.
Maffesoli (1997), en su obra Elogio de la Razón Sensible nos muestra las intuiciones y destellos de la razón sensible. La considera como una manera de aproximarse a lo real en su más fluida complejidad; una conjunción de lo material y de lo espiritual y no una oposición. La razón sensible se dedica a destacar el papel de lo afectivo, de las interacciones y de lo subjetivo. Es una razón abierta hacia lo imaginario, lo lúdico, lo onírico social. La verdad absoluta se fragmenta en verdades parciales que conviven.
El conocimiento ordinario es una de las bases de su pensamiento con el cual se ilustra la FG a través de la docencia. Considera las representaciones sociales como una forma de conocimiento social específico, natural, de sentido común y práctico, que se constituye a partir de nuestras experiencias, saberes, modelos de pensamiento e información, que recibimos y transmitimos por la tradición, la educación y la comunicación social.
Así como la explicación se centra en el análisis y la división para buscar las causas de los fenómenos y su relación y semejanza con otras realidades, con las cuales es comparada, referida y relacionada, es decir, “insertada en leyes más amplias y universales”, y tiene más aplicación en las ciencias de la naturaleza, la comprensión por lo contrario, pretende captar las relaciones internas y profundas mediante la penetración en su intimidad, para ser entendida desde adentro, en su novedad, respetando la originalidad y la indivisibilidad de los fenómenos, y tratando de entender, a través de la interpretación de su lengua y gestos, el sentido que las personas dan a sus propias situaciones. En lugar de parcelar lo real, como hace la explicación, la comprensión respeta su totalidad vivida; así, el acto de comprensión reúne las diferentes partes en un todo comprensivo y se nos impone con mayor y más clara evidencia. Maffesoli (1997) dice que “hace falta saberse fiar de la sabiduría relativista. Ella sabe, gracias a un saber incorporado, que nada es absoluto, que no hay una verdad general sino que todas las verdades parciales, pueden entrar en relación con las otras” (p. 42).
En este sentido puedo destacar el trabajo final de los estudiantes que trata sobre, por un lado, la historia de vida de un migrante en Santiago y por otro la historia de vida de alguna persona cercana familiar que haya estado cerca de dilemas poblacionales (vejez, aborto, embarazo adolescente, migración, identidad, entre otros).
Maffesoli habla de la necesidad de aplicar un enfoque socio-comprensivo con el fin de romper con el positivismo dominante. Al abordar la cuestión de la experiencia vivida, el sentido común y lo sensible, hace una crítica reiterada a los principios, ideales y métodos que han dirigido el quehacer intelectual a lo largo de la modernidad, acusándoles de áridos, fragmentarios e insuficientes para dar cuenta de la complejidad de la experiencia humana y particularmente de la sensibilidad emergente en la posmodernidad.
Otro de los aspectos esencial de la metodología que propone Maffesoli dice relación con la necesidad de la consideración e integración de todas aquellas disciplinas y contextos que nos pueden decir algo sobre nuestras realidades. Es justamente esta la idea cuando señalamos que trabajamos nuestra docencia sobre la base de una noción metodológica pragmática. Es el alejamiento de la unidisciplina y la consideración de la multi e interdisciplinar como eje central de nuestra visión interpretativa.
Esta racionalidad abstracta, cuantitativa y formal, característica de la modernidad resultaría estéril al tratar de descifrar aquellos aspectos de la vida social irreductibles a este excluyente modelo de racionalidad. De ahí, el llamado en la obra ya mencionada Elogio de la Razón Sensible hacia una racionalidad vital que redescubra la analogía y la metáfora como vías de conocimiento capaces de desentrañar toda la riqueza de lo social. Más aún, en este mismo texto Maffesoli enfatiza que la modernidad ha establecido una lógica caracterizada por una monovalencia de lo racional en la que el mito y lo imaginario quedan proscritos de la experiencia social. Por el contrario la cultura postmoderna, testimoniaría el valor y la eficacia social de estos, realzando finalmente una suerte de paradigma estético de cultura.
La perspectiva comprensiva, desde la mirada de Maffesoli, que por cierto compartimos implica una toma de posición cosmológica o antropológica, es decir que concierne a la globalidad de la realidad social e implica mecanismos de correspondencias, analogías y sincronicidades ocultas.
Y si se trata de investigación y validación de resultados es fundamental el recurso metodológico, con la ayuda de la imaginación racional y no racional, para enriquecer nuestro conocimiento sobre las acciones humanas o respecto de posibles acciones conducentes al mejoramiento de la calidad de vida de grupos e individuos. Amit Goswani nos ilumina al respecto cuando escribe lo siguiente en su libro La Ventana del Visonario (2008):
La ciencia dentro de la conciencia nos permite ver que tanto las tradiciones científicas como las espirituales no han destacado un aspecto importante de sus búsquedas. Cuando destacamos este componente oculto, queda claro que la ciencia y la espiritualidad han estado utilizando el mismo método. ¿Cuál es este componente desconocido? No es otro que la creatividad, el descubrimiento o la percepción de nuevos significados dentro de viejos como de nuevos contextos. (p.47).
Estas nociones, que por cierto nos reflejan en nuestro trabajo metodológico docente, indican una gran apertura a las diversas metodologías utilizadas para indagar en la realidad, mejor dicho, en cada particular realidad. El “saber para” propio de la filosofía y la ciencia occidental, se opone al “saber por” de las tradiciones orientales no gobernadas por el ansia de poder.
Y qué podemos aportar respecto de nuestra propia realidad latinoamericana o chilena en este caso. Pues bien creemos que una aproximación pragmática, comprensiva que destaque el imaginario cabe perfectamente en una realidad única en su mestizaje como es nuestra región, híbrida en cuanto a los aportes culturales diversos en donde, no obstante, ha primado una visión ligada a los enfoques positivistas y de bajo contexto procedentes de Europa y luego desde los Estados Unidos. Claramente es en nuestra región en donde puede extraerse un rico material interpretativo, considerando que es aquí donde cristalizan las energías humanas y culturas del mundo en una naturaleza prodiga de colores, mitos y magia.
Coincide en esto Maffesoli, cuando, reflexionando sobre el pensamiento latinoamericano señala la necesidad de despegarnos del sentido de seducción que efectuó el gran ilusionismo de la época de las Luces y estar atentos a la realidad que sucede día a día en nuestras sociedades. Esta realidad es justamente aquella que está directamente implicada con la dinámica informal, con la dimensión múltiple étnica, en suma, con la lógica del mestizaje.
Justamente, pensamos, que es una sociología comprensiva y cualitativa la que, mediante la narración de los hechos, históricos y actuales, nos permitirá acercarnos de mejor forma a la interpretación de una cierta realidad. Se trata pues de establecer nuevas conexiones entre una cierta visión de los procesos poblacionales y migratorios en la modernidad y en la posmodernidad que se orienten a una renovada construcción de sentido de la vida social y la identidad plural.
Por lo anterior señalado es que la postura personal, derivada de la experiencia y el conocimiento, es fundamental en los cursos de FG. Se trata pues de formular una postura describiendo y combinando elementos de información teórica, reconociendo contextos al presentar su posición. No cuestiona la evidencia, ni presenta alternativas críticas. Formula una postura personal integrando y comparando la complejidad de una teoría. Cuestiona la evidencia y presenta alternativas integrando diversos aspectos del tema en cuestión. La vida cotidiana presenta material riquísimo para contrastar la teoría con la realidad, con el matiz de nuestra percepción e interpretación.
En este sentido, coincidimos con Alfred Schütz cuando en su texto sobre La Construcción Significativa del Mundo Social (1932) nos señala que el sujeto está determinado por su biografía y por su experiencia inmediata. Plantea que la configuración biográfica alude a que cada individuo se sitúa de una manera particular en el mundo, pues toda su experiencia es única. Sus padres, la crianza y educación recibidas, los intereses, deseos y motivos, todos son elementos que aportan a la formación de personalidades únicas.
Es así como la experiencia personal inmediata tiene relación con la perspectiva desde la que el sujeto aprehende la realidad y que la comprensión se hace en función de la posición que ocupa en el mundo. El espacio y el tiempo en que transcurre el individuo influyen decisivamente en sus vivencias y en la interpretación de sus vivencias. Y nos precisa que desde la biografía del individuo y de su posición particular en el espacio y el tiempo se configura un repositorio de conocimiento disponible que consiste en el almacenamiento pasivo de experiencias. Gracias a esta reserva el sujeto puede comprender nuevos fenómenos sin necesidad de iniciar un proceso reflexivo para ordenar cada una de las vivencias que transcurren.
El Doctor en Sociología Antonio Leal, académico de la Universidad Mayor, en texto del 2 de noviembre de 2018 Para Leer la Complejidad (Revista Cambio 21) se refiere así sobre el pensamiento complejo:
La ética de la complejidad asume que los seres humanos somos solo una parte de un sistema más general con el cual debemos actuar en armonía y, por ende, busca realizar los valores de la libertad, la democracia y la igualdad en este otro escenario, que requiere de una lógica integrativa cosmopolita, universal, que integre los saberes y la relación entre el objeto y la cambiante subjetividad de las personas. La realidad compleja del siglo XXI, post moderna, requiere de un tipo de pensamiento que supere la simplicidad, lo lineal, el determinismo, la separación del conocimiento científico y filosófico que ha caracterizado el racionalismo dominante a partir de los paradigmas cartesianos que han buscado explicar la realidad ordenándola, dominándola, separándola del sujeto pensante. El ideal científico, la racionalidad como pensamiento dominante, concibe el universo como algo perfecto, como una máquina perfecta que se basta a sí misma. Sin embargo, desconoce que cada ser tiene una multiplicidad de identidades, de fantasmas y sueños, que no son explicables a través de un pensamiento lineal, y que a la vez es reductivo porque no logra percibir que lo uno puede ser a la vez lo múltiple dado que mantiene separados ambos fenómenos.
La formación general que se entrega en la Universidad de Chile no es cultura general ni transmisión vulgarizada de conocimientos especializados, sino que propone a los estudiantes problemas actuales que deben ser abordados con todo su acervo histórico, pero desde distintas perspectivas.
Se trata de estimular y desarrollar en los estudiantes una comprensión integrada de los diversos modos de apropiación reflexiva, cognitiva, creadora, práctica y operativa de la realidad será entonces uno de los propósitos fundamentales de la FG de la Universidad y que se identifica con cinco elementos que la definen: Formación para la responsabilidad; Formación para un desempeño profesional más amplio; Desarrollo de una disposición para abordar los problemas de modo flexible, que permita encontrar respuestas creativas; Educación para la integración de la comunidad como profesional universitario y Fortalecimiento de las potencialidades individuales de los estudiantes.
Cada uno de esto aspectos se focaliza en generar mayor conciencia y valoración de los diferentes campos de estudio y de un conocimiento más amplio de aspectos relevantes de las disciplinas fundamentales. Esto quiere decir que el currículo estimula la experimentación y la creatividad y ofrece oportunidades de introspección y de reflexión sobre sus propios valores.
Y en la Universidad Diego Portales la formación general otorga a sus estudiantes la posibilidad de ampliar sus áreas de interés y conocimiento. Por medio del diálogo con estudiantes provenientes de distintas carreras, se promueve abrir un espacio de reflexión crítica del conocimiento y de los debates presentes en la sociedad contemporánea. Así, se espera que los estudiantes complementen su formación profesional, adquieran conocimientos de cultura general, ejerciten habilidades como el pensamiento crítico y se interesen por los problemas de la esfera pública.
Finalmente se trata de lo que el filósofo esloveno contemporáneo Slavoj Zizek dice en su libro Acontecimiento (2014): Hay cosas que sabemos que sabemos; hay cosas que sabemos que no sabemos; hay cosas que no sabemos que no sabemos… Y hay cosas que no sabemos que sabemos. Son estas últimas, las que debemos descubrir junto a aquellos que con su irrupción divergente nos cuestionan y hacen ver lo que somos y como nos comportamos frente a la diferencia. Para los esenios es precisamente allí donde debe aparecer el sendero de la búsqueda de la verdad por la vía de la consciencia, superior a la vía de la búsqueda del conocimiento a través de la indagación basada en el sondeo de la naturaleza (el mundo externo, la experimentación, el método inductivo y deductivo, el positivismo, ley de causa y efecto, la explicación y la demostración como meta del conocimiento) o en la visión acumulada por el desarrollo de la cultura humana (grandes pensadores, escrituras sagradas, obras maestras de la literatura universal, entre otros).
En el sendero de la búsqueda de la verdad por vía de la conciencia existe una cierta unidad dinámica en nuestra conciencia, en la que uno es al mismo tiempo muchos. Nos es posible tener simultáneamente diferentes pensamientos, ideas, asociaciones, imágenes, memorias e intuiciones que ocupan nuestra conciencia en fragmentos de minutos o segundos, sin embargo esta multiplicidad constituye una sola unidad dinámica.
En esto consiste la FG, tratar de que los estudiantes desde la complejidad de los asuntos que se tratan puedan, con la ayuda del docente, puedan descubrir un mundo de nuevas relaciones que vayan más allá de su formación disciplinar y que logren conectarlo con su experiencia de vida y las manifestaciones sensibles en torno a sus reflexiones y su crecimiento en talento profesional y humano.
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