Por: Pedro Alvarado M. Ingeniero en Acuicultura. Especialista en cultivo de salmones, moluscos y crustáceos
Considerando los acontecimientos que se han sucedido por estos días a nivel mundial con respecto al Cambio Climático (manifestaciones y comunicados globales), de la pronta visita de Greta Thunberg a propósito de lo mismo a nuestro país, de la COP25 y de las polémicas en RRSS por los tratados por compromisos que Chile ha firmado o no, y a propósito de que siempre esperamos a que otros hagan las tareas que nosotros mismo podemos ir haciendo, ayer mientras salía a correr por la ruta al mar (U-40) en Osorno, me puse a pensar en lo que cada uno podría hacer si en vez de botar sus desechos (en su mayoría plásticos) a orillas de carreteras buscara o generara espacios de acopio de plásticos, y cómo ese mínimo gesto de uno, más otro y otro más, ayudaría a nuestro planeta.
Algún lector se preguntará si ello significará alguna ayuda, y permítame decirle que sí, ya que por si no lo sabía, el plástico tirado a orillas de las carreteras, además de tener un impacto negativo en los organismos y ecosistemas, al descomponerse emite metano y etileno, dos potentes gases de efecto invernadero: SI, ese tan temido efecto invernadero del que nos hablaban hace unos 20 años atrás (más quizás porque estaba cursando la universidad cuando escuché por primera vez dicho término) y que hoy lamentablemente estamos viviendo.
Entonces, ¿podemos ser parte de la solución? SI, y no tener que esperar a que “CHILE” y su gobierno de turno suscriba tal ó cual acuerdo ecológico. El acuerdo lo suscribe el Estado y somos nosotros -parte de ese Chile y de este planeta- quienes podemos y debemos hacer el cambio en reversa.
Según se señala en un artículo aparecido en La Vanguardia del año 2018 (www.lavanguardia.com), “De entre todos los plásticos, el peor enemigo del clima es el polietileno, concluye el estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Plos One. Este material -que se utiliza, por ejemplo, en las bolsas de la compra- es el emisor más prolífico de ambos gases de efecto invernadero. También es, según el estudio, el polímero sintético más producido y desechado del mundo”.
Hoy, cuando nos asombramos de la sequía, del derretimiento de los hielos que creíamos eran “eternos”, no debemos dejar de recordar que “El plástico representa una fuente de gases climáticamente relevantes que se espera que aumenten a medida que se produce y acumula más plástico en el ambiente”, apunta David Karl, autor principal del estudio al que se alude en La Vanguardia. “Los gases de efecto invernadero influyen directamente en el cambio climático y afectan al nivel del mar, las temperaturas globales y la salud de los ecosistemas terrestres y marinos, e influyen en las tormentas y aumentan las inundaciones, la sequía y la erosión.”
La producción mundial plástica ha registrado un aumento exponencial de 2,1 millones de toneladas en 1950 pasó a 147 millones en 1993 y a 407 millones en 2015. Para dimensionar este crecimiento exponencial basta sólo un ejemplo: las botellas de plástico.
Cada minuto se compran en el mundo 1 millón de botellas plásticas. Equivalen a 20.000 por segundo. En 2016 según la encuestadora Euromonitor, se vendieron 480.000 millones de botellas, de las cuáles 110.000 las fabricó la empresa de gaseosas más famosa del mundo. Sólo el 7% de éstas se convierte en nuevas botellas.
La lógica elección de las grandes empresas por el plástico son más que conocidas: múltiples aplicaciones debido a su durabilidad, estabilidad y bajo costo, entre otras razones.
Teniendo en cuenta la cantidad de plástico que se deposita en nuestras costas y la cantidad de plástico expuesto a las condiciones ambientales, este estudio proporciona más evidencia de que tenemos que detener la producción de plástico en la fuente, especialmente el plástico de un solo uso.
Y por último, analicemos nuestro actuar: ¿cuánto plástico usamos y desechamos por ahí en estos extensos 5 días de celebraciones patrias? ¿Cuántas bolsas eliminamos? ¿Cuántas botellas plásticas se botaron en las carreteras? Para reflexionar y ayudar.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.