Por: Richard Andrade C. Director de Poderyliderazgo.cl

Ha pasado un mes desde que comenzaron las manifestaciones y protestas demandando cambios al modelo económico y social imperante en el país. Los chilenos de Arica a Punta Arenas coparon las calles para alzar su voz y exigir a la clase política un nuevo trato, uno que establezca derechos esenciales en materia de pensiones, salud, educación, vivienda y sueldos, entre otros aspectos.

Tras este periodo ha quedado en evidencia una serie de situaciones que deben llamarnos a la preocupación, siendo los Derechos Humanos uno de los más relevantes, pues a todas luces estos se han vulnerado por parte de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad.

De acuerdo con lo informado por el Instituto de Derechos Humanos de Chile (INDH), a la fecha son 6.362 las personas detenidas y de ellas 2.381 heridas, donde 217 sufrieron lesiones por disparos de perdigones en sus ojos, siendo el más grave el del estudiante de psicología que fue impactado en ambos globos oculares.

Son cifras realmente inaceptables para un país con un pasado reciente, oscuro y doloroso en cuanto a la vulneración de Derechos Humanos, que hacen evidente e imperativo una reforma al interior de las instituciones de Orden y Seguridad.

Cuesta entender como el Director Nacional de Carabineros sigue en su cargo, pues su actuar ha sido nefasto en cuanto a la prevención y contención de la violencia y la delincuencia, pero por sobre todo ha validado el actuar de sus subalternos y con ello el atropello sistemático de los Derechos Humanos.

No es hasta ayer en la noche que el Presidente Piñera condena categóricamente el actuar de las policías, pero lo que aún es más preocupante, es la visión que tienen al respecto determinados sectores políticos del oficialismo y parte de la sociedad, que relativizan y menosprecian los apremios que han sufrido miles de chilenos en manos de funcionarios de Carabineros de Chile y de las Fuerzas Armadas.

Lamentablemente, para algunos es más importante la propiedad que la integridad física y vida de las personas. Han sido 23 las personas que han muerto durante esta crisis social y política, una cifra que debe avergonzarnos e invitarnos a repensar la forma en que nos estamos relacionando y solucionado los problemas que nos aqueja  como sociedad.

Existe una realidad irrefutable que gatilla la presentación -por parte del INDH- de un total de 345 querellas, de las cuales 245 corresponden al delito de torturas y en específico, 58 de ellas tienen connotación sexual. Es de esperar que los Tribunales de Justicia acojan y juzguen de acuerdo a derecho en cada una de las causas y se entregue una señal concreta, que reafirme el compromiso del Poder Judicial con los Derechos Humanos.

Chile cambió…  y en este cambio debemos abrazar con fuerza la defensa y respeto irrestricto por los Derechos Humanos. Como sociedad no podemos darnos el lujo de relativizar este tipo a actos. Como Nación, libre y soberana, no podemos permitir actos de violencia impulsados y validados por agentes del Estado en contra de sus propios ciudadanos.