Por: Jaime Espinoza T. Ingeniero/Licenciado en Administración
Al término de la pandemia ¿Qué haremos? Esta pregunta surge con fuerza en mi mente.En el país se observa una tendencia a la polarización, hay quienes impulsan la confrontación, desprecian la unidad y critican todo. Palos por que bogas y palos por que no lo haces. No hay un sentido de equipo, la política vive su peor momento, en medio del generalizado descrédito, mediocridad, egoísmo y proyectos personales. Por doquier prima la falta de mérito.
Todos quisiéramos ver excelencia en el hacer, público y privado. La mediocridad es un lastre con el que vivimos a diario, sea porque que no hacemos bien nuestro trabajo o porque no dejamos a otros que lo hagan bien. La mediocridad nos transforma en indolentes, una pandemia que nos lleva a conformarnos solo con las migajas del éxito que podríamos haber logrado.
La falta de Merito y de Excelencia en Chile, gatilla el fracaso del modelo y los bajones de nuestra democracia, el poder está delegado en personas, en su gran mayoría, sin competencias ni cualidades que respalden su desempeño. La meritocracia parece ser algo solo de libros de buena gestión, que no aplican en la vida real. ¿Se seguirán tomando malas decisiones en la gestión? ¿Seguiremos desatendiendo la voz de todos los chilenos?
La estabilidad social, económica y política de Chile, se ha visto profundamente dañada en estos últimos meses, desde el 18 de Octubre 2019. El Covid-19 ha sido un verdadero tiro de gracia en nuestro país: cesantía, cierres de negocios, pymes y empresas consolidadas producto del llamado estallido social, se vio lapidado con la llegada de esta mortal enfermedad del coronavirus.
Reactivar Chile es tarea de todos, debemos recuperar la unidad, ser el equipo de trabajo que todos esperan, un equipo que avanza y que no se obstaculiza a si mismo.
¿Podemos tolerarnos y trabajar juntos? ¿Somos capaces de aceptar a las autoridades democráticamente elegidas y respetarlas? La reconstrucción social y económica de Chile se lograra únicamente siendo un equipo de trabajo honesto, comprometido y disciplinado.
El fin de la pandemia constituirá un nuevo desafío para Chile y para las generaciones emergentes que son nuestros hijos. Hoy somos llamados a la acción con sentido y compromiso unitario, anteponiendo el interés de los chilenos.
La meta consiste en asumir los duros desafíos post pandemia con unidad, lo que obliga al gobierno a mostrar altura de miras y humildad y a la oposición estatura política y generosidad, constituyendo el gran equipo que Chile requiere y que nuestros abuelos, madres, padres, esposas, esposos e hijos esperan, el equipo que ayudara a reconstruir una historia para las generaciones del futuro.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.