Por: Dr. Daniel Guevara. Abogado. Integrante del Hub Desierto de Atacama
Como residente de Antofagasta, en pleno desierto de Atacama, advierto con gran preocupación que estamos viviendo un BLACKOUT HIDRICO en la Macrozona Norte, por condiciones geográficas naturales e históricas, pero también en conflictos socio ambientales, en pleno desarrollo jurisdiccional algunos, o en riesgo de serlo en cualquier momento.
Este Blackout Hídrico, tiene indicadores críticos, por ejemplo en el cuadrante donde se emplaza la explotación de Litio en el Salar de Atacama, zona de territorio ancestral atacameña y los proyectos de gran minería del cobre, que además de estar en zonas de influencia o presencia histórica de pueblos originarios, se encuentran en áreas de alta fragiidad ambiental como Tilopozo, Negrillar, o los Salares de Imilac o Punta Negra.
Esto sin movernos aún a fuentes como el río Loa (declarado agotado), el Salar de Llamara o regiones que como Atacama, tienen delicados conflictos socioambientales como Salar de Pedernales; Salar de Maricunga, o la tensión permanente de la Gran Minería del Oro y los afluentes del río Huasco en la zona cordillerana.
Como ex Seremi de Bienes Nacionales, entre los años 1998 a 2002, pude respaldar el impulso de la sanitaria estatal, para establecer a beneficio de la población la primera planta Desaladora de Agua en Antofagasta, por tecnología de Osmosis Inversa por 600 lts/seg, dando un servicio de agua potable que con ampliaciones el 2014 y una necesaria extensión al 2020, debiera permitir atender por Aguas Antofagasta al 100% de la población de la capital regional y de la ciudad de Mejillones, así como HOY lo es para la comuna de Tocopilla.
Como ex Ministro Presidente del Primer Tribunal Ambiental, cargo y función que cumplí hasta junio 2019, pude integrar Tribunal dictando sentencia en Salar de Llamara (Tarapacá) con ecosistemas complejos llamados Puquios; Salar de Atacama, en Plan de Cumplimiento aprobado por la SMA a SQM; o en la primera resolución en voto dividido, (actualmente ordenada revisar por la Corte Suprema y al día de hoy en Acuerdo), sobre la clausura del Proyecto Pascua Lama, o bien la propuesta innovadora -que no prosperó quizás por eso- de una conciliación en el juicio del Proyecto Minero Dominga, iniciativa que SI contemplaba planta propia de desalación de agua de mar.
En mi visión de hoy como profesor de Justicia Ambiental y minería en la UCN y en la PUCV, en el Centro de desarrollo Energético UA, y como consultor y abogado, me permito reflexionar que, con las mismas soluciones (judiciales, de inversión o políticas), tendremos los mismos resultados y fracasos.
Se necesita liderazgo, innovación institucional, y creatividad en el impulso privado con responsabilidad social y ecológica. Una idea en paralelo, desde HUB Desierto de Atacama:
El blackout eléctrico del 2000 aceleró el potencial de la matriz energética del norte incluyendo la fuerte inyección actual de ERNC, el GNL , con una integración de sistema eléctrico nacional e internacional.
El blackout hídrico del 2020 es una oportunidad de establecer una red hídrica de la macrozona norte con una diversificación de generación que incluya el potencial de la desalación para atender el crecimiento y desarrollo del territorio.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.