Por: Daniel Guevara C. Abogado, Dr. en Derecho. Integrante del Hub Desierto de Atacama
Debemos promover y defender las grandes Libertades (Religiosa, de Conciencia, de Expresión, de Prensa, de Educación). Los grandes compromisos sociales y deberes de protección de minorías (infancia, adultos mayores, la viuda, el huérfano -actualmente hijos de madres solteras-, y el extranjero).
Debemos agradecer a Dios por la Patria, por la Familia y por la Tierra soberana. A partir de ese punto esencial, mi visión en la vida política es la siguiente.
Como evangélicos protestantes creemos que un país requiere evitar la persecución de ideas, como nos persiguieron 400 años del papado, sino que vivir nuestro compromiso de FE como vida privada y poder darla a conocer públicamente.
Quizás el concepto “Reformado siempre Reformado” de los cristianos en la Constitución de Suiza, USA, Alemania o países luteranos nórdicos, tiene fuerza hoy en América Latina, África, Asia y Oceanía.
Además, creemos en la importancia de proteger nuestra tierra (Calama, Antofagasta o la de cada uno), y contribuir en el progreso de la comunidad. Donde estamos los creyentes estamos llamados a ser “Bendición y Transformación”.
Tenemos un compromiso con la vida y, con ella al medioambiente y naturaleza, que nosotros creemos son creación de Dios.
El apruebo o rechazo a la Constitución no me parece una fórmula de FE, es la oportunidad para presentar la visión de encuentro de futuro de una sociedad hoy fraccionada, y que está llamada a tener un alma de encuentro no forzada, como resultado del entendimiento de la ciudadanía.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.