Por: Richard Andrade C. Director de Poder y Liderazgo
La decisión de la Democracia Cristiana de no participar en las primarias y llevar directamente a su abanderada, Carolina Goic, a la primera vuelta presidencial, no hace otra cosa que ratificar la crisis política que afecta a la Nueva Mayoría, coalición que a juicio de muchos se acabó durante las últimas horas de abril de 2017.
Reacciones más, análisis menos… al interior y exterior de la coalición de Gobierno hoy existe un hecho irrefutable: el senador por Antofagasta confirmó que asumirá el desafío presidencial como independiente y que por lo mismo deberá reunir más de 33 mil firmas para poder inscribir su nombre en la papeleta de noviembre próximo.
Ahora bien, el anuncio de Guillier es de toda consecuencia y valoración, pues recordemos que se trata de un independiente que ya logró el apoyo de la ciudadanía que le permitió convertirse en senador por la región de Antofagasta.
Fue este mismo independiente el que logró derrotar en las elecciones internas del PS al mismísimo Ricardo Lagos… para unos una muestra de pragmatismo que la historia juzgará casi a nivel de vendetta, mientras que para otros la lectura es mucho más decidora y tiene que ver con que hoy existe una nueva mirada sobre la forma y el fondo del como se hace política en Chile. Y, claramente, en esa nueva búsqueda Alejandro Guillier logró mayor adhesión que aquellos próceres que algunos intentaron levantar como únicos salvadores y dueños de la verdad.
Recordemos que se trata de un aspirante a la Moneda que ha debido sortear desde el día uno de su campaña presidencial el ataque constante de los sectores más tradicionales de la clase política nacional, incluso desde su propio sector, donde muchos le han enrostrado permanentemente su calidad de independiente… le han criticado el no pertenecer al establishment político tradicional.
Por lo anterior, la decisión de Guillier reafirma que su candidatura posee un sello altamente ciudadano, que desde el inicio de su apuesta presidencial lo ha hecho junto a los ciudadanos independientes y con una no menor cantidad de militantes de bases que ven en él una nueva forma de hacer política… una forma más cercana, más honesta y con espacios concretos para las regiones y sus aspiraciones.
Alejandro Guillier ha demostrado que está en sintonía con el pensamiento y corazón de millones de chilenos que están aburridos de cómo se han hecho las cosas en el país desde el retorno a la democracia, particularmente en materia de equidad y justicia social.
Entonces, la decisión de Guillier es de toda consecuencia y valoración, ya que responde al desafío de un ciudadano independiente aburrido, cansado… pero dispuesto a trabajar para cambiar nuestra sociedad, y que por lo mismo asume el desafío de reunir las firmas necesarias con el apoyo de miles de ciudadanos independientes que aspiran a nueva forma de gobernar.