Sistema B y Gedes, con el apoyo de Corfo Antofagasta lideran una serie de acciones que busca crear una red de empresas con triple impacto, para potenciar la productividad y el desarrollo sustentable en la región
El grupo de trabajo que está aglutinando a empresas de la zona para dar forma a la primera Comunidad B local planteó la necesidad de reorientar el crecimiento futuro de la Región de Antofagasta hacia elementos de valor como el encadenamiento productivo. Esta herramienta, ligada a industrias como el clúster minero, ayudará al ecosistema emprendedor a mejorar el estándar del modelo de desarrollo una vez que se recuperen los niveles de actividad post pandemia.
En este sentido, existen dos actividades productivas que reúnen características especiales para desarrollar esta tarea. Por un lado, la minería es la principal actividad económica y concentra el 70% de las exportaciones de cobre del país. También está el mercado de la energía, en el que la región se puede consolidar como una plataforma de servicios conexos.
¿Qué busca el encadenamiento productivo? Propicia alianzas productivas, tecnológicas y económicas en torno estas y otras industrias, vinculando a la comunidad de manera participativa y potenciando directamente a empresas proveedoras y capital humano especializado para la industria; empresas desarrolladoras de proyectos, proveedoras, universidades y centros tecnológicos.
En concreto, apunta a mejorar los espacios de vinculación entre las demandas empresariales y la oferta de investigación académica, la ciudadanía y actores sociales claves, generando redes y espacios de trabajo colaborativos.
Roberto Cervela, gerente general de Gedes y líder de Sistema B Antofagasta, explicó que “este encadenamiento productivo toma más sentido e importancia en las actuales circunstancias, en donde el mercado local cada vez será más proteccionista y va a propender a abastecerse con productos locales, regionales o nacionales”, haciendo referencia a la realidad que han debido enfrentar muchos negocios ante la pandemia por el coronavirus.
Cervela comentó que esta es una parte esencial de la labor que buscan impulsar en la región con el apoyo de Corfo Antofagasta y la generación de una Comunidad B, es decir una red de empresas de triple impacto (social, económico y medioambiental) para fomentar el desarrollo armónico.
En este sentido, ya se han desarrollado algunas actividades gratuitas y abiertas a todo público, como el webinar “Reactivación Sostenible” que contó con una activa participación de la comunidad, al cual se sumarán otras instancias similares que irán en servicio de la creación de este grupo.
“El desafío de la Región de Antofagasta pasa por incorporar nuevas miradas y modelos de negocio a la industria, pensando en los desafíos de las agendas 2030 y 2050, tanto desde la sostenibilidad como del desarrollo económico que debemos trazar para la región en los próximos 30 años”, puntualizó el ejecutivo.