Por: Patrick Mork. Ceo Fundador de LEAP
La cultura organizacional es el factor más importante al momento de querer hacer cambios en la interna de una empresa. Si esta “columna vertebral” es fuerte y con propósitos establecidos transmuta a una evolución positiva y se logra una transformación humana, laboral, pero por sobre todo, un avance hacia la transformación digital.
Según datos de la última encuesta desarrollada por Laboratoria sobre Transformación Digital, el 72% de los trabajadores de grandes empresas hablan de “tecnología” o “digital” al explicar qué es la transformación digital, mientras que sólo el 12%, se refiere a la “cultura”.
Y es en este concepto donde más debemos hacer una profunda reflexión, ¿qué están haciendo mal las organizaciones? la respuesta es interesante, lo que sucede es que para la transformación digital, las empresas están poniendo mucho más énfasis en lo “digital” y han despreocupado a las personas y el propósito de la compañía.
Con el surgimiento del COVID19 los procesos se aceleraron y no quedó más alternativa que cambiar, algunas empresas debieron instaurar el e-commerce, otras comenzar con el teletrabajo y muchas aún no han podido reinventarse para continuar con sus ventas o servicios. Por ello, cuando hablamos de una transformación, estamos hablando en manera global, ya que estamos modificando el núcleo de la empresa, pero siempre guiados por su esencia, que en este caso vendría a ser la cultura.
Lo digital llegó para quedarse, ya que con el tiempo estos procesos sólo se intensificarán. Y esto es muy relevante, ya que el concepto sobre de la transformación digital deberá comenzar por los líderes para no presentar una reticencia en los equipos.
Y es por esto que debemos tener culturas fuertes, bien definidas y propicias a las evoluciones, factor que facilitará cualquier transformación. Si existe la confianza en los líderes, al momento en que se deba implementar una transformación, la empresa podrá ejecutarlos sin miedos, ya que el cambio será parte de quienes somos como cultura.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.