El facultativo ya en marzo cuestionaba las cifras y estrategias del Gobierno de Piñera para enfrentar la Pandemia. A 10 meses del primer caso detectado en el país, el especialista broncopulmonar realiza un balance de la gestión de las autoridades y la forma en que la ciudadanía ha asimilado las diversas medidas preventivas
El doctor Fernando Soto Pinto, especialista broncopulmonar es ácido en sus críticas al manejo gubernamental de la pandemia, cuestiona por ejemplo ¿de qué sirve un sistema público de salud equipado con un alto número de ventiladores y camas si un alto porcentaje de las muertes ocurre fuera de los hospitales?.
“No puede ser que un 30% de los fallecidos, es decir aquellos que evolucionaron grave lo hicieron en sus casas, cuando por otro lado se nos decía que había ventiladores suficientes y camas disponibles”, cuestionó en La Entrevista con… de Poderyliderazgo.cl
En la oportunidad, también calificó como errado el foco del Gobierno de Piñera respecto al uso de las primeras vacunas, asegurando que se debió atender como prioridad a los grupos más vulnerables. Su argumento lo basa en las estadísticas.
“El 80% de los fallecidos, de los 21 mil, o sea 16 mil y algo, son mayores de 60 años. Entonces si uno tenía que escoger el grupo prioritario a vacunar, entendiendo que la vacunación es un acto mágico de prevención del contagio, tenía que partir por los más vulnerables, y la estadística de mortalidad dice que los más vulnerables son los adultos mayores y mientras más mayores más vulnerables. Con todo el respeto del mundo a las Fuerzas Armadas, la gente del transporte, incluso los del área de la salud – los trabajadores de la salud tenemos una letalidad del 0,2 por ciento, de los 32 de mil funcionarios han fallecido 80, 22 médicos entre ellos, pero los mayores de 80 años tienen una letalidad de 20 por ciento, 100 veces más”, aseguró el galeno.
Un balance negativo
En el análisis de Soto, las decisiones han sido erradas ya que a su juicio “Después de todos estos meses pareciera que hemos aprendido poco particularmente a nivel de la toma de decisiones respecto a cómo manejar la pandemia” aseguró el profesional, quien a fines marzo, recién llegado el Covid19 a Chile, proyectó cifras de muertes por esta causa mucho más altas que las concebía el gobierno a través del Ministerio de Salud, que en ese minuto estaba a cargo de Jaime Mañalich.
Finalmente, ambos estaban equivocados, los 3.500 decesos que proyectaba el doctor Soto a diciembre 2020 -que para muchos era una cifra alarmante- se multiplicó a 21 mil “a la luz de los números, nos quedamos cortos, tanto en las proyecciones de los casos que se iban a producir como en particular respecto a los fallecidos. Ya en marzo, incluso a fines de marzo, poquito después que yo hice esa declaración que incluso causó cierto escándalo porque estaba en un contexto en el cual todo lo que se declaraba públicamente hacía presumir que la situación era óptima, que el país estaba sumamente preparado, que contábamos con todos los ventiladores, que prácticamente este iba a ser un brote muy acotado y limitado. Entonces hablar de muertos y en particular de la cifra que yo mencioné parecía una exageración y un llamado casi a la alarma pública.
El especialista broncopulmonar agregó que “aprendimos poco finalmente porque ya en esa época una de las cosas más notables que se produjo y pasó casi desapercibida a pesar de que algunos epidemiólogos lo señalaron es que a fines de marzo se le perdió la pista a la trazabilidad, palabra mágica que hemos escuchado a lo largo del año. Que significa que se perdió la pista en la trazabilidad, que empezaron a aparecer casos de contagio en los cuales ya no era posible establecer cuál había sido el nexo epidemiológico que había llevado al contagio”.
El gobierno centra sus esfuerzos en los hospitales
Para Fernando Soto los problemas no se han subsanado “sigue y ha seguido siendo marcadamente optimista y muy ‘hospital-céntricos’ centrado fundamentalmente en señalar que se contaba con cámaras, que se estaban readecuando camas y contando con todos los ventiladores necesarios. Esa fue la primera gran dificultad, el primer gran error frente a una pandemia. Todos los epidemiólogos lo han señalado la primera situación que hay que colocar sobre la mesa es ponerse en el peor escenario y ajustar en el camino según los resultados, no está mirada optimista que tuvimos nosotros que además no tuvo nunca como objeto prevenir contagio”.
Una de las críticas del especialista es a la estrategia gubernamental “nos cansamos de escuchar el aplanar la curva que significa en lo práctico que nos teníamos que enfermar de a poco para no saturar el sistema hospitalario y nos generaron un caos por esa vía”, agregando que “la estrategia la inmunidad de rebaño no sólo fracasó como se suponía que iba a fracasar, que por lo demás es una estrategia prescrita, incluso del punto de vista ético es cuestionable, particularmente cuando una enfermedad produce fallecidos” .
El profesional de salud explicó el porque de sus temores “la letalidad en ese momento inicial hasta marzo era de alrededor de 0.1 a 0,15 bastante baja, sin embargo ya sabíamos por la experiencia de China y Europa que estaba alrededor del 12 por ciento y por lo tanto si aplicábamos perder esos porcentaje en una gran población, el número de muertos podría ser muy grande”. En ese marco, comentó que “hoy día estamos en un promedio en Chile que es del 33 por ciento y el resultado hasta la vista”.
Mala calidad de la información
El facultativo responsabiliza al gobierno de Piñera en contribuir a la forma como actúa la comunidad “cuando la información que se entrega es ambigua y cambia de un día a otro y aparecen, por ejemplo, a medio camino, por ahí por junio 30.000 casos de contagios que estaban entre comillas escondidos o no reconocidos. Todas esas situaciones acerca del manejo las cifras, lo que han hecho es contribuir a la desconfianza en la gente que hace que finalmente se tiendan a no cumplir con las normas de prevención”.
Paris sigue la misma estrategia de Mañalich
Soto también analizó el cambio de Ministro de Salud, el paso de Mañalich a Paris “no cambió nada. La estrategia siguió siendo aplanar la curva, contar con una adecuada producción de camas hospitalarias, ventiladores mecánicos disponibles, siempre disponibles. Nosotros tenemos pacientes ventilados con máquina de anestesia y absolutamente todos los días señalaba que había ventiladores disponible y se siguió con el mismo tema, sólo se agregó oficialmente reconocer la trazabilidad como importante”.
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