Por: Esteban Valenzuela Van Treek. Periodista. Dr. en Historia. Académico de la Universidad de Concepción
Según el IDERE 2019 la Región de O´Higgins es una de las tres regiones de peores en indicadores ambientales, destacando la grave contaminación del aire en todo el eje longitudinal de Mostazal a San Fernando.
A su vez, hace dos décadas se proyectan las mejoras viales a los saturados ejes Rancagua- Machalí, San Fernando a Santa Cruz, Rancagua-Coltauco y la Carretera de la Fruta de Pelequén a Las Cabras.
La crisis global ambiental repercute con fuerza en la Región que ha bajado el promedio de su pluviometría de 460 a sólo 200 ml en el último quinquenio, convirtiéndose en zona de desertificación según la H. Böll y Terram, con graves disputas por el agua y de defensa de humedales y el bosque esclerófilo severamente dañado y amenazado por monoproductores de exportación (cerezas, paltas).
La Región requiere un viraje verde co-responsable, sostenible y viable.
La elección de gobernadores está acompañada de las ya creada División de Infraestructura y Trasporte, de la anunciada creación de Federación de Gobiernos Regionales y la segura materialización de una ley de rentas regionales y traspaso de competencias y servicios relevantes a las regiones el 2022.
Hoy las regiones no tienen recursos relevantes, no administran ni tienen directores en EFE ni en los puertos. En forma unánime, la Comisión de Estado para la Descentralización que presidí el 2014 propuso potestad regional en estas empresas y la Ley Espejo de infra ferroviaria homologando el enorme gasto en el metro de Santiago y en la infra del Transantiago, con algo similar para las otras regiones en corredores de buses y trenes de cercanías.
El colapso vial se acrecienta en todas sus ciudades de O´Higgins que un “país de un millón de habitantes”, debiendo ser prioridad tanto el transporte público, la movilidad integral con ciclovías hacia corredores de buses y red de trenes de cercanía regional con tarjeta integrada y sistema inclusivos.
Se debe hacer en acuerdo con municipios y los gremios de transporte para la creación de 300 kilómetros de corredores de buses en el próximo quinquenio en la Región, generando líneas estructurantes con buses eléctricos que además aseguren el acceso seguro a discapacitados y adultos mayores (eje Plaza Machalí, Alameda, Hospital Regional en Rancagua, que hay que cotejar en costos con idea de tranvía, Circunvalaciones en San Fernando y Santa Cruz, sistema permanente Las Cabras a San Vicente).
La Región fue modélica en ramales destruidos por el neoliberalismo centralista (San Fernando a Pichilemu, Rancagua-Sewell, Pelequén-Las Cabras, Rancagua-Coltauco). Además, EFE dejó de hacer funcionar el Metrotren que llegó a San Fernando como tren interregional.
Las anunciadas y polémicas doble vías hacia el interior de la Región deben moderarse con la apuesta al transporte público y la viable restauración de un tren de cercanías San Fernando a Santa Cruz (33 km), que luego incrementalmente crezca a Peralillo, Alcones y eventualmente logre combinación a Pichilemu en temporada estival o se logre su reposición según costos).
La línea existe. Falta voluntad, foco y alianzas en un mundo que regresa al transporte sustentable con nuevas tecnologías y costos menores.
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