Por: Alfonso Sánchez D. Presidente Cámara Chilena de la Construcción – Calama
Durante los últimos meses hemos insistido en lo importante que es reconocer y potenciar al recurso humano de nuestra zona, y dado el tremendo valor demostrado durante el periodo más complejo de la pandemia, teníamos la esperanza de iniciar este año con mejores noticias.
Lamentablemente comenzamos el 2021 con preocupación, luego de que saber que la ejecución del Instituto de Tecnologías Limpias, se adjudicó al consorcio de universidades norteamericanas Associated Universities, Inc., UAI.
Tras una decisión ya tomada, no queda más que ser autocríticos y evaluar en qué fallamos para que una oportunidad tan relevante, no considerara a las universidades y empresas de nuestra región. No olvidemos que se trata de la mayor asignación de recursos para I+D en la historia de nuestro país y que, pese al potencial demostrado y a lo lógico que habría sido que el estudio de tecnologías limpias estuviese centrado donde se producen los recursos, la decisión fue que sea manejado por un consorcio extranjero.
Estamos convencidos de que el desarrollo de la Región de Antofagasta está en la innovación y la tecnología, pues estas serán claves para poder de una vez por todas diversificar nuestra matriz productiva. Por eso lamentamos que la propuesta de la Asociación para el Desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias, ASDIT, impulsada por gremios, universidades regionales y nacionales, centros internacionales de investigación y empresas, no fuese considerada.
Sabemos que hubo muchas críticas al proceso, y que incluso las comisiones de Minería y Energía y Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado, las dejaron en manifiesto. Por este motivo, y pese a no saber cómo culminará dicha resolución, esperamos que al menos las diferencias manifestadas nos sirvan para reflexionar sobre lo queremos para esta zona y su gente.
A pesar de que la AUI se adjudicara el proyecto, también debemos tener presente que, según lo informado, esa oferta considera dirección, instalación del edificio en la región y que los recursos económicos no se traspasarán al extranjero. Por ende, no debemos perder de vista que la región aún es ganadora y que dependerá también de nuestras universidades el cómo se vinculen y generen alianzas con sus pares como Princeton, Yale y Harvard, entre otras, para lograr adquirir conocimiento tecnológico y desarrollo, y poder nivelar hacia arriba la investigación científica. Esta es también una gran oportunidad.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.