Jaime Hidalgo, gerente de Consorcio Exportador asegura que su posicionamiento en el mercado ha sido más rápido de lo que imaginaban y que la fórmula es exitosa. “Estamos en permanente exploración de nuevos mercados y canales de comercialización, y las marcas son cada vez más conocidas”
Consorcio Exportador es un proyecto conformado por las empresas chilenas Viña Casa Montero, Promauka (quinoa y derivados) y Enripaz (frutos secos y deshidratados) para ofrecer un portafolio de agroalimentos y vinos que reflejan la identidad campesina del país sudamericano, valorando lo mejor de la nobleza agrícola chilena, con el objetivo de indagar en mercados extranjeros, agregar valor a la exportación chilena y cubrir los intereses y necesidades de importadores del resto de América Latina y Estados Unidos, como también de Europa y Asia.
Con el apoyo de la agencia gubernamental Corporación de Fomento de la Producción -CORFO-, y la Corporación de Desarrollo Social del Sector Rural CODESSER, estas tres tradicionales empresas graneleras se unieron hace dos años bajo un modelo de cooperación para mejorar su capacidad comercial y expandir sus mercados.
El proyecto requirió la voluntad de los socios de ajustar sus modelos de negocios y diversificar su oferta como respuesta a la necesidad de los mercados actuales, que no lograban cubrir con la producción a granel. Todo lo anterior, con un objetivo común: abrirse a mercados extranjeros a través de un modelo de colaboración que permitiera reducir brechas de comercialización que frenaban la anhelada expansión.
Tras un arduo proceso de planificación, Consorcio Exportador logró no sólo diversificar la oferta de estos productores de vino, quínoa y frutos secos, en diferentes formatos orientados al consumidor con un packaging ad hoc, si no también ha propiciado el levantamiento de una identidad corporativa para el grupo y sus marcas, y con esto, gestionar acciones de promoción en reconocidas ferias y eventos de la industria gastronómica.
A casi dos años de su formación, Jaime Hidalgo, gerente de Consorcio Exportador asegura que su posicionamiento en el mercado ha sido más rápido de lo que imaginaban y que la fórmula es exitosa. “Estamos en permanente exploración de nuevos mercados y canales de comercialización, y las marcas son cada vez más conocidas”, señala.
Si bien las exportaciones a Estados Unidos y Asia para el 2020 quedaron congeladas por la Pandemia, durante este año se han abierto nuevas oportunidades de negocios hacia el mercado centroamericano, donde los productos han tenido una excelente aceptación con posibilidades de cerrar negociaciones para comienzos del 2021.
Entre las ventajas competitivas que ofrece Consorcio Exportador destaca que, si bien el portafolio total es diversificado, no hay presión por la cuota de ventas o de mercado de “competidores” entre sí, sino al contrario, contribuye a que compradores puedan acceder a productos distintos y así optimizar la cadena logística de su abastecimiento.
Al respecto, Hidalgo asegura que “si bien la pandemia nos ha afectado, como a todas las empresas de menor tamaño, no ha frenado nuestro crecimiento, sólo se retrasaron algunos negocios que estaban acordados pero que se concretarán en la medida que los países retomen sus actividades importadoras. Para nosotros ha sido un periodo de mucho crecimiento, de mucha apertura de nuevos canales de comercialización tanto nacionales como internacionales, lo que nos tiene muy expectantes acerca de lo que se viene en el corto y mediano plazo”, afirma el ejecutivo agregando que a fines de noviembre se realizó el primer embarque de Viña Casa Montero a China, gracias al trabajo estrecho con el importador y una planificación ajustada a la problemática sanitaria. Por otra parte, Promauka firmó con Nestlé Suiza como proveedor de quínoa en el país europeo.
Consorcio Exportador representa un ejemplo más de la capacidad de adaptarse a la nueva realidad y ser flexibles para enfrentar las vicisitudes que se presentan. Además, concuerdan con que otro factor fundamental para lograr el escalamiento ha sido el apoyo de CORFO y de CODESSER, y que el modelo de cooperación público-privado es clave para el desarrollo y consolidación de ideas de emprendimiento.