Por: Richard Andrade C. Director de Poderyliderazgo.cl
Las regiones, quienes vivimos en regiones, sufrimos a diario con el centralismo… lo hemos hecho desde nuestra fundación como país por lo demás. Algunos sufrimos de manera consciente, otros desde la resignación y, los más, desde la ignorancia, pues a menos de un mes de las elecciones de los Gobernadores Regionales no está instalada en el ideario colectivo la figura de esta nueva figura política clave para el desarrollo de las provincias.
El común de los chilenos aún no comprende que esta naciente autoridad influirá y determinará directamente muchas actividades de su vida cotidiana… en su salud, en la forma de movilizarse, la educación de sus hijos y sus trabajos, entre muchas otras aristas que se verán afectadas en el corto plazo y no al largo plazo como, esperamos, será con la nueva constitución.
Las explicaciones para esta realidad son variadas, pero la verdad es que aún estamos a tiempo de asimiliar este paso histórico en materia de descentralización y entender la importancia de comenzar a informarnos y asumir posiciones respecto de lo que soñamos y queremos para cada una de nuestras regiones.
Hoy, comenzamos a escribir nuestra propia historia, dejaremos de vivir esa vida que se nos ha impuesto desde el centro bajo una mirada lejana, indiferente y explotadora. Hoy, debemos empezar a soñar, a diseñar, a trabajar y por sobre todo a dialogar con todos aquellos con quienes cohabitamos los territorios.
Es tiempo de asumir nuestro rol de ciudadanos con responsabilidad y propiedad, de hacermos cargo de nuestro destino e involucranos activamente en el quehacer público de nuestros barrios, comunas y regiones. Es tiempo de dejar la indiferencia, el egoísmo personal e institucional, la resignación, de combatir la ignorancia y ocuparnos realmente de aquellas realidades que nos molestan e incomodan. Ya no podremos culpar a Santiago y a sus tomadores de decisiones de lo que sucede en nuestras regiones.
El escenario es incierto, que duda cabe… el éxito o fracaso de los nuevos Gobernadores Regionales radicará básicamente en su capacidad para negociar, de golpear la mesa, de “muñequear” con el centralismo. La fuerza principal para esa batalla radicará en nosotros, en la ciudadanía.
Y es en este escenario donde todos quienes vivimos en regiones debemos entrar en acción, debemos ser nosotros los primeros en exigir al centralismo nuevas competencias, más recursos que nos permitan dejar atrás las múltiples brechas e injusticias que existen en nuestros territorios. Debemos pedir, exigir una efectiva y real Participación Ciudadana.
El Gobernador Regional se deberá a los habitantes de su región, pero los habitantes de esa región deben también asumir el rol de ciudadanos y empujar con fuerza y decisión todas aquellas acciones que vayan en la línea de mejorar su calidad de vida, al alero de una gobernanza territorial propia, que reconozca y valore las identidades, las culturas y las vocaciones productivas diversas que hacen de cada región, un territorio único.
Existe camino avanzando, actualmente en los gobiernos regionales existe una capacidada instalada para coordinar y establecer acuerdos entre múltiples actores, ya sean del ámbito público como del privado. Hoy con los Gobernadores Regionales, a esa capacidad existente se debe incorporar obligada y activamente a la ciudadanía, ya que la gestión de esta nueva autoridad debe centrarse en las personas y sus actividades, debe poseer una mirada integradora y territorial, ocuparse realmente del desarrollo de sus regiones y sus habitantes. Es en sistensis, el fin último de su elección vía voto popular.
Por lo mismo, se hace imperativo establecer desde hoy, y no mañana, un pacto entre todas las fuerzas vivas de la región, todos los que compartimos el territorio somos parte de un sistema económico, social y cultural. Todos nos vemos afectados en nuestras actividades cuando algo falla, por ende todos debemos aportar, todos debemos presionar para alcanzar aquellos proyectos claves para nuestro desarrollo.
En resumen, hoy y no mañana, es cuando debemos proyectar, pensar y trabajar para dejar atrás 200 años de centralismo asfixiante y convertirnos en Gobernadores de nuestro propio destino, de nuestro propio territorio.