Por: Cristián Berrios. Gerente de Ciberseguridad y Ciberdefensa de ITQ Latam
La identidad digital, como concepto, incluye todas las acciones que identifican a una persona en el ciberespacio, como creación de cuentas en redes sociales, portales, plataformas de pago en línea, correo electrónico, publicaciones de fotos, comentarios, likes, entre muchas otras. Este conjunto de actividades en Internet crean perfiles de los usuarios con su respectiva reputación y comportamiento online y eso es lo que se conoce como identidad digital.
Considerando que la vida cotidiana está cada vez más vinculada al ciberespacio con actividades empresariales y de servicios, al momento de realizar compras, transacciones bancarias, pagos de servicios básicos y todo tipo de trámites en línea, así también la identidad digital está más expuesta.
En concreto, los riesgos a los que se expone una persona son muy diversos y aunque pueden variar entre individuos, empresas u organización, se pueden identificar temas comunes. El más peligroso, sin duda, es el robo de identidad. Los ciberdelincuentes se apropian de una identidad, ya sea personal o empresarial, para realizar actividades ilícitas, fraudes, robo de la información privada o simplemente dañar la reputación de la persona, empresa u organización que ha sido vulnerada en su identidad digital.
En ese escenario, es vital resguardar la seguridad en Internet, manteniendo una preocupación constante, por ejemplo, por las contraseñas que se utilizan en las plataformas. Éstas deben tener un largo robusto, usar caracteres o símbolos y nunca incluir información pública o fácil de obtener, como fecha de cumpleaños, nombres de familia directa, mascotas, etc. Además, en lo posible, hay que realizar el cambio de contraseña cada cierto período de tiempo.
Asimismo, es recomendable configurar adecuadamente la información privada en las plataformas de redes sociales o portales en Internet, siempre tratando de ingresar la data mínima necesaria. También hay que mantener los perfiles privados, no publicar información que pueda ser mal utilizada como teléfono, dirección, incluso, correo electrónico, ya que todos estos datos son utilizados para el robo de identidad.
Por otro lado, es importante evitar la utilización de redes abiertas o sin contraseñas, como las wifi públicas, ya que en general son redes bastante inseguras. Eso va de la mano con la navegación: hay que fijarse en que los sitios sean seguros o que contengan certificado digital (candado en la dirección de la página) y que la dirección web comience con Https. Tampoco es recomendable realizar click sobre correos o mensajes y siempre se debe escribir la página o sitio web donde se necesita navegar para evitar fraudes.
Por último, se tienen que leer las políticas de privacidad de los portales antes de aceptar las condiciones de cómo serán tratados los datos que son ingresados a la plataforma, pues muchas veces indican que se compartirán los datos con otras plataformas o que la información y contenido (fotos, videos, comentarios) ahora le pertenecen a la empresa y que la podrían utilizar como lo estimen conveniente.
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