Por: Daniel Vercelli. Socio y Managing Partner Manuia
Hace unas semanas un prestigioso medio de tiraje nacional publicó una columna firmada por Eduardo Walker, director del Centro de Gobierno Corporativo UC, titulada “Inversiones ESG: ¿Pan y Pedazo? Y en relación a eso, me gustaría ampliar algunos de los argumentos planteados.
Hablar de inversiones ESG y quedarse con “pan y pedazo”, no necesariamente explica el tamaño del pan o del pedazo. Si asumimos que el pan es la valoración de una empresa y el pedazo el retorno para sus accionistas, efectivamente las empresas “responsables” desde el punto de vista de ESG generan ambas, pan y pedazo.
Walker (de quien fui alumno y a quien respeto mucho) dice que las empresas que incorporan criterios ESG valen más, debido a menores riesgos sistémicos y evidenciando que sus títulos (acciones) se transan con un premio. En eso estamos de acuerdo. Postula también que la evidencia disponible no permite afirmar que esas mismas empresas generen retornos a sus accionistas por sobre los normales, es decir, no hay pruebas de que el pedazo sea más grande, ni tampoco de que sea más chico. Y de ninguna manera esto significa que no existan ambos, pan y pedazo.
Hoy en día los inversionistas cuentan con múltiples alternativas de inversión, entre instrumentos de deuda, títulos, derivados, etc. Y las opciones que toman en sus carteras tienen que ver con el nivel de riesgo que están dispuestos a tolerar, los retornos esperados, y cada vez más, con el objetivo o propósito social de quienes manejan ese activo. Afortunadamente, cada día son más los fondos comprometidos para inversiones que buscan financiar empresas y proyectos que consideran, por una parte, un bajo impacto en criterios ambientales y por otro, de ESG en general.
Es una tendencia global también por el lado corporativo. GFANZ (Glasgow Financial Alliance for Net Zero) es la coalición mundial de instituciones financieras comprometidas con la aceleración de la descarbonización de la economía. Entre sus miembros se encuentran actualmente más de 250 empresas financieras responsables de activos (gestoras, bancos, propietarios), que juntos superan los 88 billones de dólares en 32 países.
Desde su lanzamiento, GFANZ ha crecido en tamaño e influencia. Esto ilustra el creciente impulso y compromiso del sector financiero mundial para alcanzar el nivel cero y también como respuesta a las presiones de clientes e inversionistas. Como dijo Larry Fink, CEO de Blackrock, en la carta anual a sus clientes en 2020, “creemos que la sostenibilidad debe ser el nuevo estándar de inversión”.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.