Por: Francisco Larez. Vicepresidente de Progress Latinoamérica
La industria tecnológica fue la columna vertebral de las transformaciones en las organizaciones durante la pandemia. En términos generales, abordaron tres áreas significativas: COVID, ciberdelincuentes y cloud, traducido habitualmente como “la nube”. Las 3C fueron y continúan siendo la clave del éxito.
¿Por qué el COVID? Los equipos de TI tuvieron que facilitar una amplia gama de interacciones en línea entre empresas, clientes, socios y empleados en contexto de restricciones de movilidad. De ahí se desprende la segunda: los ciberdelincuentes, ya que se multiplicaron las amenazas digitales. Y como consecuencia, surge la tercera C, cloud. La nube es fundamental en la escalabilidad de la infraestructura IT para potenciar el trabajo remoto y mantener la estabilidad a medida que las operaciones cambian a un entorno híbrido.
Con muchas empresas en camino hacia la recuperación, las “tres C” de la pandemia ahora están abriendo nuevas oportunidades para las empresas inteligentes.
Nuevas formas de interacción online
La pandemia generó que muchas empresas tuvieran que llevar las interacciones del mundo real al espacio digital. Sucede principalmente de tres maneras: en primer lugar, ofreciendo nuevos canales de venta y de atención al cliente. En segundo lugar, con portales internos de trabajo, distribución de tareas e información de la empresa. En tercer lugar, facilitando las relaciones con los partners, al potenciar su capacidad de gestión.
El área de TI no sólo ayuda a crear estas nuevas vías de interacción, sino que también debe garantizar que escalen, tanto en términos de rendimiento y disponibilidad, como a través de la multiplicidad de canales.
Las plataformas de experiencia digital, especialmente una que está basada en la nube, permiten cuidar el negocio mientras se buscan medios alternativos para atraer a clientes, socios y empleados. De esta manera, TI tiene la flexibilidad de enfocarse en sus capacidades centrales mientras acelera a la empresa en el camino de la madurez digital.
La seguridad para empoderar a los empleados
Como en un simulacro de incendio masivo, toda la fuerza laboral se trasladó a su casa. A las amenazas de seguridad habituales, hubo que sumarle nuevos desafíos por lo virtual y por los problemas de las implementaciones rápidas de soluciones remotas.
De cara al futuro, parece que el trabajo remoto se está convirtiendo en el nuevo estándar. Según una encuesta realizada por Tessian, casi un tercio de los empleados dice que no trabajarán para una empresa que no ofrece flexibilidad. Por lo tanto, TI deberá redoblar sus esfuerzos para crear un entorno seguro sin importar desde dónde acceden a los servicios y sistemas.
El formato híbrido de oficina hace que sea más urgente monitorear firewalls, VPN y otras infraestructuras. De manera similar, el aumento durante el año pasado en la demanda de ancho de banda puso en jaque a las redes que originalmente no fueron diseñadas para ello. Ser capaz de identificar y resolver estos problemas diferencia a empresas eficientes por su accesibilidad permanente y a otras, más improductivas.
El cambio también generó personas más distraídas por el solapamiento de la vida personal y el mundo laboral. Esta reducción de atención conduce a un menor cumplimiento de los procesos de seguridad. En ese sentido, las soluciones de transferencia de archivos administradas son una gran ventaja. Al proporcionar una solución flexible y cifrada para compartir archivos que se puede implementar en varios flujos de trabajo, los equipos de TI reducen el riesgo de error humano y evitan que los datos lleguen a las manos equivocadas.
Mejora de la prestación de servicios, escalabilidad e innovación con la nube
La nube es una pieza fundamental porque permite el acceso en cualquier momento y lugar a los servicios y sistemas que impulsan interacciones digitales efectivas. El trabajo híbrido y la mayor demanda de presencia digital subrayan la urgencia de servicios fuera de las instalaciones que sean escalables, seguros, confiables y rentables. De hecho, Forrester estima que el gasto en la nube aumentará a 120 mil millones de dólares en 2021 a medida que las empresas continúan abordando la disrupción digital y emplean estrategias de transformación digital.
La complejidad de las cargas de trabajo continúa aumentando, lo que requiere que las aplicaciones más complejas se ejecuten correctamente en plataformas en la nube. A medida que el negocio evolucione, seguirán necesitando enfocarse en las modificaciones de las aplicaciones y la modernización para la nube.
De lo nuevo normal a lo normal
Durante el último año, los equipos de TI se han centrado en apoyar a sus negocios para responder a una “nueva normalidad”. Ahora que nos hemos ajustado y adaptado, 2021 presenta la oportunidad de preguntarse qué sigue. Si la atención continúa en las “tres C”, será más sencillo abordar las cambiantes expectativas del panorama empresarial.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.