Los alumnos de las carreras de Ingeniería Civil Eléctrica y Civil Electrónica esperan poder participar en marzo en la reconocida competencia ROBO-ONE, que se desarrolla en el país asiático
En marzo de 2022 se desarrollará de manera presencial el reconocido campeonato internacional de robótica asiática ROBO-ONE, en el que un grupo de jóvenes chilenos esperan poder participar tras clasificar luego de su excelente rendimiento en la versión regional de la competencia y de haber ganado el premio a la innovación Robotic Lab Scl en la ROBO-ONE LIGTH Latinoamérica 2020.
Las y los estudiantes de Ingeniería Civil Eléctrica y Civil Electrónica, pertenecientes al Centro de Nuevas Tecnologías (CNT) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), formaron su equipo en 2019, integrado por Natalia Delgado, María José Valenzuela, Miguel González, Sebastián Cofré y Sebastián Herrera.
Ellos son integrantes del CNT, un laboratorio y espacio que por años fue administrado por los mismos estudiantes, con respaldo de la Universidad y dedicado también a los mismos para que puedan expandirse y desarrollar proyectos, en este espacio también participan alumnos de otras escuelas también, así que es un espacio bastante multidisciplinario.
El estudiante de Ingeniería Civil Eléctrica, Sebastián Herrena, quien dirige el Centro de Nuevas Tecnologías PUCV explica que la ROBO-ONE es una competencia bastante longeva, que ya lleva alrededor de veinte años realizándose y en la que han participado desde que se conformaron como equipo. En relación con cómo se realiza y en qué consiste este torneo, detalló que “es una competencia de robótica bípeda, la cual es originaria del continente asiático. Japón, Corea y Taiwán son países líderes y que han participado durante todos estos años, desde su desarrollo y que tienen un inmenso impacto y también empresas importantes detrás del desarrollo de los robots”.
Herrera agregó que los campeonatos ROBO-ONE en general consisten en una serie de pruebas, a las que son sometidos los robots, los que pueden ser autocontrolados o manejados de manera manual a través de un control remoto. “Esto se hace en una pista de juego similar a un tatami, en el que se deben lograr puntos contra tu adversario, muy similar a un campeonato de Artes Marciales, pero llevado a la robótica”, indicó.
Sebastián Herrera, comenta que “el principal fin que tiene la organización para generar estas competencias, es potenciar y acercar a la comunidad o gente interesada al desarrollo de nuevas tecnologías, de esta robótica bípeda, generar también talento y soluciones a problemas modernos. Además, existen diversas categorías en la ROBO-ONE, que consisten en diferentes pruebas cómo las de completar pruebas con el robot en modo automático, una de brazo robótico en el que se utilizan espadas, algo muy similar a la esgrima, entre otras. Con la llegada de la pandemia, se optó además por una modalidad virtual, en la cual también hemos participado y tenido bastantes logros en las últimas ediciones”.
El equipo busca actualmente poder viajar al país nipón y además de la colaboración de la PUCV, buscan mayor respaldo: “Actualmente tenemos la posibilidad de ir, pero necesitamos financiar estos pasajes, la estadía y todo lo que significa hacer un viaje de este calibre, en este caso, para cinco personas que son parte del equipo. Además de necesitar el equipo económico, también el logístico, debido a la barrera idiomática, lo cual dificultará la estadía y evidentemente la comunicación”.
El estudiante manifestó que la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados de la PUCV ha sido crucial para este proceso: “Nos abrieron la puerta y nos propusieron el proyecto, tanto en la adquisición de los robots y la posibilidad de participar en esta competencia, la cual, hasta ese momento en 2019, para nosotros era desconocida. El vicerrector, Joel Saavedra, tuvo la iniciativa de ir a conocer nuestro espacio en el laboratorio, además de ayudarnos en la gestión de movilizaciones y de recursos que fuésemos a necesitar. Además de eso, siempre desde la vicerrectoría nos han ayudado con el financiamiento anual para el proyecto que presentamos todos los años, además de ser un nexo con distintas direcciones y entidades de la Universidad, lo cual nos ha ayudado a tener un trabajo colaborativo”.
Saavedra indicó que “este grupo fue siempre mirado desde el nivel central, el trabajo que estaban realizando con nuevas tecnologías, con robótica y en el año 2019, decidimos contactarlos y apoyarlos en el trabajo que ellos estaban realizando de forma independiente, porque tienen las ganas, la energía y la motivación. Nosotros quisimos apoyarlos en su trabajo con la idea de que ellos fueran el ejemplo, para que se replicarán otros centros como el CNT en distintas áreas en la Universidad y así partimos apoyándolos, primero con la idea de desarrollar la robótica, desde que compitieron en la ROBO-ONE aquí en Chile y después fueron creciendo en impulso, en ganas y actualmente los seguiremos apoyando para que vayan a Japón”.