Por: Santiago Bonino F. Country Manager de Bigbox
Muchos de los cambios que se produjeron en la pandemia, llegaron para quedarse y se están afianzando fuertemente en los nuevos estilos de trabajo. Enfrentados a puestos vacios en oficinas, a cobrado mayor relevancia recompensar a los colaboradores en gratitud por su compromiso.
Pero hacer a alguien feliz con un obsequio es cada vez más difícil debido al alto flujo de contenido y oferta publicitaria, especialmente cuando se busca motivar, inspirar y afianzar las relaciones laborales. Por otra parte, la post pandemia también provocó cambios en el consumo.
Los regalos físicos ya no son prioridad para los colaboradores, ahora buscan viajar, aprender y tener otro tipo de experiencias. Hasta el 2019, cada fin de año las empresas preparaban fiestas y daban presentes, como canastas de alimentos, agendas o electrodomésticos.
Sin embargo, la dinámica cambió por el Covid-19, dejando sin celebración y en lugar de artículos se comenzaron a preferir las experiencias para disfrutar en casa.
Muchas organizaciones transformaron la forma de celebrar a sus colaboradores, cambiando las fiestas físicas por encuentros virtuales y los regalos clásicos, por otro tipo de detalles como comidas, actividades en casa, entre otros. El objetivo ahora es dar más experiencias que artículos como por ejemplo, una clase de cocina en casa con el envío de todos los ingredientes y accesorios.
En este sentido, las empresas están buscando hacer diferentes actividades; que ayuden a la relajación, e incluso sean educativas. Ejemplo de ello, es el aumento en las ventas en el segmento corporativos de las empresas de experiencias porque si antes ellas representaban el 30% de las ventas; hoy se incrementaron a un 70 %.
Los regalos no solo hacen que los empleados sientan que sus esfuerzos son vistos y apreciados, sino que también benefician a la empresa al motivarlos a trabajar aún más. Esta práctica puede ayudar a retener a los mejores talentos y mantener una plantilla sana.
Por la pandemia la fuerza laboral ha padecido estrés, esta situación, influyó en que las empresas buscaran otras formas de compensar a los empleados, siendo las actividades en línea las preferidas para ayudarles a desconectarse del trabajo y mantenerlos seguros en casa.
Se pueden dar cursos de fotografía, cocina o idiomas, algo en lo que las personas han invertido mucho estos dos años.
De esta manera, los colaboradores asociarán el momento vivido a la empresa que se los regaló y así se reforzará el lazo con los empleados. Muchas organizaciones, ahora, valoran el salario emocional, por lo que para fin de año, están buscando motivar a sus empleados con actividades de relajación, gastronomía o para compartir en familia.
Los regalos pueden ayudar a promover el compromiso y a hacer hincapié en el concepto de sentirse conectado a la empresa a pesar de trabajar de forma remota o mixta.
Otra ventaja, con este tipo de regalos, es que el proceso se hace en línea, no se requieren procesos logísticos para hacer las entregas y el colaborador puede decir qué opción tomar de un catálogo que la empresa habilita.
Un regalo bien pensado, ayuda a evitar la alta rotación de personal y las costosas recontrataciones durante estos tiempos turbulentos. ¡Es un ganar, ganar!
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.