Por: Carolina Grafulich. Gerente General de PlanOK
Las proyecciones económicas para el 2022 no son las más alentadoras. La inflación y el alza de tasas tendrán un impacto directo tanto en el bolsillo de los chilenos como en la inversión. El rubro inmobiliario es uno de los más afectados, pues si bien se han logrado recuperar índices de compra respecto de lo que se vio durante el 2020, la modificación en las condiciones de los créditos hipotecarios, el alza de precios de los materiales y de los inmuebles en general, generan un panorama que no resulta muy auspicioso.
Así como la digitalización de los procesos de preventa fue fundamental para enfrentar las dificultades de las salas de venta durante la pandemia, hoy podemos prepararnos para repensar la inversión del próximo año y ser capaces de ver más allá de la situación que tenemos.
Chile necesita nuevos proyectos inmobiliarios y eso es un hecho. De acuerdo al Ministerio de Vivienda, el déficit habitacional alcanza las 513 mil unidades. Y para el 2022 se implementará uno de los presupuestos más altos en esta área: US$4.562 millones que ofrecen un horizonte de construcción de unos 50 mil hogares.
La demanda de viviendas crece constantemente y la implementación del teletrabajo abrió la oportunidad de desarrollo habitacional en regiones, ampliando considerablemente el abanico de posibilidades en materia de expansión para el diseño de proyectos inmobiliarios. La demanda de compra, probablemente disminuya debido al alza de precios y las mayores restricciones de productos bancarios, pero siempre habrá quienes estén dispuestos a invertir, sobre todo si se tiene en cuenta el mercado del arriendo.
Ya a mediados de este año se veían cifras positivas en esta área. De acuerdo a un informe de BDO Chile, durante el segundo trimestre de 2021 se observó una tasa de ocupación del 95,6% de edificios en régimen, un 1,2% más que el trimestre anterior. Los precios, de acuerdo al mismo informe, también han registrado un avance de alrededor de 1,8% respecto de la primera parte del año.
En ese sentido, el sistema Multifamily, que ya venía registrando un crecimiento constante en la Región Metropolitana, se alza como una oportunidad concreta de inversión, que podría proyectarse a otras regiones del país que son foco de interés para muchas personas que buscan dejar Santiago y sacar partido a las ventajas del trabajo remoto. Actualmente hay más de 70 edificios de este tipo en la Región Metropolitana y se proyecta que crezca un 25% anualmente por los próximos 5 años.
El mercado de arriendo se alza como una oportunidad tanto para personas que quieren invertir en un inmueble para ese fin como para el desarrollo de proyectos de mayor envergadura, que pueden apostar por el sistema Multifamily. Siempre, incluso en las crisis más grandes, hay oportunidades de desarrollo y crecimiento, donde la innovación es clave para proyectar buenos resultados.
La invitación es a hacer lo necesario y trabajar como gremio para estar en ese pedazo de la torta que crece a través de eficiencias, innovaciones, trabajo colaborativo, responsabilidad social, ambiental y sentido del deber con los respectivos equipos de trabajo.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.