Por: Alejandra Fuenzalida. Directora ejecutiva de United Way Chile
A causa de la pandemia por Covid-19 muchas mujeres perdieron sus trabajos. Dos años más tarde, se observan signos de recuperación en el empleo, sin embargo, aún no se alcanzan las cifras pre-pandemia. Según el INE, desde noviembre de 2019 a enero de 2020, la participación laboral femenina tocó un techo de 53,3%, y luego comenzó un pronunciado descenso hasta ubicarse hoy en un 45,7%.
Sin embargo, no todo son malas noticias, según la última versión del Ranking IMAD 2021, realizado por Mujeres Empresarias junto a la Dirección de Estudios Sociales (DESUC), la participación de mujeres en cargos de responsabilidad en las empresas en Chile pasó de 13% en 2017 a un 22% en 2021.
La medición asegura, además, que un 79% de las empresas cuenta con mujeres en las primeras líneas gerenciales, y un 84% tiene al menos una mujer en sus directorios. Estos avances nos alegran, pero también sabemos que no ha sido fácil para estas mujeres.
Según el sondeo “Situación y autopercepción de las mujeres”, realizado por la Fundación Todas y Cadem, un 63% aseguró haberse sentido discriminada alguna vez por el hecho de ser mujer. La encuesta además reveló que el 60% de las mujeres señaló ser jefa de hogar, mientras el 48% reveló ser la principal sostenedora del mismo.
Es importante seguir avanzando hacia una sociedad más equitativa y justa y que se sigan desarrollando iniciativas públicas y privadas para despojarnos de los antiguos estereotipos obsoletos, que relegan a la figura femenina a las tareas domésticas y de cuidado, cuando la realidad es que están sosteniendo a sus hogares y aportando al desarrollo social tal como cualquier otro miembro de la sociedad.
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