Por: José Miguel Pérez. Director regional de Valparaíso. Fundación Enseña Chile
Desde hace 10 años trabajamos en la región convencidos de que es posible entregar educación de calidad a todas las niñas, niños y adolescentes trabajando unidos en una red amplia y diversa. Eso sí, el sistema educativo necesita un cambio, requiere adaptación, entender el contexto y, por sobre todo, tener al estudiante en el centro del aprendizaje.
Con los últimos eventos que ha habido en diversos colegios a nivel regional y nacional, es crucial tener las instancias para comprender el origen de la violencia escolar y trabajar en soluciones que aporten en la construcción de ambientes adecuados donde los estudiantes puedan aprender y formarse.
Si bien la convivencia y violencia escolar surgió mediáticamente debido a hechos ocurridos en el país, lo cierto es que son situaciones que han estado presente desde antes. El vínculo que mantenemos con diferentes comunidades escolares de la región nos ha permitido observar y experimentar en terreno la realidad que han enfrentado los colegios al iniciar este nuevo año escolar. De esto, hemos comprendido que el aprendizaje socioemocional de una persona, como aprender cualquier competencia, contenido o habilidad, requiere dedicación, tiempo y práctica.
Las comunidades que han logrado superar situaciones complejas, comparten la característica de que han dedicado espacios concretos, frecuentes e intencionados para que todos: estudiantes, docentes, colaboradores, apoderados dialoguen y compartan. Cuando la comunidad completa está en sintonía y mantiene un propósito común, se pueden facilitar espacios para trabajar lo socioemocional de manera integral.
¿Cuánto tiempo estamos dedicando a tratar este tema? ¿Cuáles son los espacios que hoy se disponen dentro del currículo nacional para trabajar estos temas? Pareciera ser que los hechos de violencia quedan reducidos a la escuela y que esta última es la única responsable de buscar soluciones, pero es también el sistema educativo quien debe disponer de más herramientas para dar fin a los problemas que surgen.
Cuando pensamos en entregar educación de calidad para los estudiantes, debemos considerar la escuela como un lugar donde todos y todas somos responsables de apoyar la formación y aprendizaje de quienes serán los futuros ciudadanos de nuestro país.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.