Por: Alec Young. Managing Director Air Liquide Chile
Hace unas pocas semanas, autoridades del Ministerio de Energía de Chile y del Ministerio de Economía e Innovación de la ciudad de Hamburgo (Alemania), firmaron un importante acuerdo de cooperación para avanzar en el suministro de Hidrógeno Verde (H2v) hacia el país europeo.
El pacto que busca establecer una cadena de suministro y buenas prácticas desde Chile hasta el norte de Europa para entregar H2v, fue destacado por la prensa alemana, la que indicó que Chile tiene un gran potencial para convertirse en un exportador de magnitud internacional de este combustible limpio.
Esta noticia no es algo al azar. Chile ha entendido que es necesario avanzar con pasos agigantados para robustecer su matriz energética a través de sendas inversiones e innovación, que permitan ir mutando su dependencia de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) a fuentes inagotables, renovables, seguras y eficientes, como lo son la energía solar, eólica, geotérmica y mareomotriz.
Con las recientes firmas de acuerdos para iniciar los estudios que permitan insertar este combustible limpio en grandes proyectos (AMER, apoyado por Corfo) o el reciente anuncio de Nuevo Pudahuel, donde junto a otros actores trabajará para convertir todas las operaciones de sus vehículos terrestres en cero emisiones gracias a este combustible renovable, el país está poniendo la mirada en el lugar correcto.
El hecho de apostar por fuentes renovables no sólo significa que Chile podrá cumplir con sus compromisos medioambientales para el 2030, sino también, podrá establecer las bases para ser en un futuro cercano, uno de los pocos en la región cuya matriz energética nacional, podrá ser libre de carbono. Y esto no sólo colocará al país dentro de la vanguardia mundial, contribuyendo con esto a la urgente necesidad de disminuir los gases de efecto invernadero, sino que, también, está adoptando una decisión vital y valiente, ya que, al despojarse de la necesidad de alimentarse de combustibles fósiles, Chile podrá ser independiente de los vaivenes de los precios internacionales, los cuales hoy son uno de los principales responsables del encarecimiento del costo de la vida en numerosas economías.
Pero eso no es todo. El país está llamado para ser uno de los líderes mundiales en la generación de energías limpias que podrían abastecer al resto del continente y a otras naciones. Gracias a la visión en la adopción rápida del Hidrógeno como fuente energética no contaminante para proyectos estratégicos, Chile puede convertirse en un centro de generación de Hidrógeno Verde para exportación, lo cual podría abrir una puerta para crear un nuevo mercado y con esto, retomar la senda para lograr el desarrollo definitivo.
Para lograrlo, es necesario que tanto los actores públicos y privados, acuerden una agenda de trabajo unificada y transversal, el estado genere una política de atracción de inversiones y de tecnologías para que otras compañías se fijen en nuestras ventajas y junto a eso, es imprescindible la creación de un marco legal que no sólo incentive la producción sino, también, establezca un marco para el desarrollo de una industria moderna, necesaria y que está llamada para ser el pilar fundamental que descarbonice no sólo esta sino a todas las economías mundiales.
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