Por: Guillemo Pastor. CEO de Certhia
La desconfianza se ha instalado con fuerza en los últimos años debido a los escándalos de colusión y otros problemas que riñen con la ética. Por eso, la credibilidad se ha convertido en un activo valioso para toda organización, sin importar si es pública o privada.
El último Estudio Nacional de Opinión Pública de la CEP (abril-mayo 2022), reveló que sólo un 9% de las personas cree que se puede confiar en otros, mientras que un 90% piensa que “hay que ser cuidadoso/a”. Generar confianzas no es fácil y cuando se ganan hay que cuidarlas, tomando todos los resguardos para evitar incidentes que puedan dañar a la organización.
El último reporte de Transparencia Internacional reveló que los países de América Latina prácticamente no muestran avances en su lucha contra la corrupción. Por eso, hay que poner la lupa sobre malas prácticas que puedan afectar la imagen y la continuidad operacional las organizaciones.
La certificación de la Norma ISO 37.001:2016 permite demostrar que se mantiene un sistema de gestión contra el soborno y la corrupción. Y aunque no garantiza que los casos de corrupción nunca vayan a existir, sí proporciona una serie de medidas para prevenir, detectar y enfrentarse con las herramientas adecuadas a este tipo de problemas.
Certificarse es también la mejor manera de prevenir los riesgos de malas prácticas entre quienes forman parte de una compañía y una forma de dar el ejemplo al resto de las organizaciones.
Dicha norma, además de poder integrarse con otras como la ISO 9.001 o la ISO 14.001 contribuye a que empresas y organismos públicos se conviertan en agentes activos para eliminar la corrupción de nuestra sociedad, que tanto daño hace al desarrollo de los países que la padecen.
Aprovechar las herramientas disponibles para evidenciar el valor que le damos a la transparencia y la sana gestión organizacional es el primer paso para construir una imagen interna y externa alineada con las nuevas demandas de la sociedad.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.