Por: Michelle Senerman. Presidenta de Desafío 10X
Si miramos atrás y comparamos el Chile del 2019 y el de ahora, podemos decir, sin duda alguna, que cambió. No sólo por la pandemia que impactó al mundo entero, sino también por lo ocurrido tras el estallido social. La necesidad de un cambio de estructura se hizo evidente, y se inició un proceso de cambio que aún sigue su curso, en la búsqueda de una hoja de ruta que nos permita ganar en derechos sin sacrificar el desarrollo y crecimiento del país.
Pero mientras se discute sobre cuál es el mejor mecanismo o respecto a cuáles cambios son necesarios y cómo llevarlos a cabo, lo cierto es que los trabajadores y las familias del país necesitan un país mejor ahora y lo cierto es que no es necesario esperar grandes cambios para construir mejoras.
Este año Sistema B cumple 10 años en América Latina, y en esta década sus suscriptores han demostrado que es posible hacer buenos negocios con una mirada de triple impacto (económica, social y medioambiental). Aquel imagen de éxito basado exclusivamente en los resultados económicos quedó atrás y ya son varios que con su experiencia son ejemplo de que es posible construir un mejor modelo.
Poco después del estallido social un grupo de empresarios chilenos, vinculados precisamente a Sistema B y al G100, corporación sin fines de lucro de apoyo al emprendimiento, decidieron implementar una idea que ya venían gestando hace un tiempo, Desafío 10X, e invitó a todos los interesados en sumarse a una plataforma que promueve la reducción de la brecha salarial, mediante la implementación de un plan que permite a la empresa suscrita dar pasos concretos y responsables con miras a lograr que la diferencia entre el sueldo más bajo y el más alto no supere las 10 veces o, que el salario más bajo alcance los $600.0000 líquido.
La experiencia ha sido un éxito. En tres años, más de 2 mil empresas se han sumado, impactando a más de 60 mil colaboradores con mejoras concretas en su salario. Esto es prueba de que, si hay voluntad, es posible aportar a un sistema económico más justo, sin sacrificar el bienestar de una compañía, porque, al contrario, cuando los colaboradores obtienen un sueldo que les permite vivir una vida digna y feliz, todos ganamos.
Estas empresas, que reúne Desafío 10X, son los cimientos de una nueva cultura laboral, una que le permite a las organizaciones destacarse, empresas con propósito, que entienden que un buen sueldo y una distribución justa de sus ingresos entre quienes generan dicho valor, se traduce en más crecimiento, lo que a su vez, promueve un mundo más centrado en las personas y consciente de su entorno. Mientras los grandes cambios se gestan, es posible aportar y construir un país mejor.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.