Por: Felipe Castiglione. Gerente de Éxito de Cliente de Defontana
De acuerdo a datos de BID Invest, el mercado fintech duplicó su tamaño durante los últimos cuatro años. La pandemia evidentemente impulsó la digitalización, acelerando la adopción y consolidación de las finanzas digitales desde las plataformas fintech en la región. Asimismo, la inversión en fintech en la región, durante 2021, lideró el número de inversiones de venture capital y acaparó el 39% del monto invertido en 2021, concentrándose en los mercados de Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile. Sin duda, es un mercado en pleno crecimiento con importantes oportunidades, sobre todo considerando que solo uno de cada tres latinoamericanos tiene acceso al crédito, según el Banco Mundial.
En Chile, además de crecer, es un mercado que se está expandiendo. Como señala la “Encuesta de Expectativas Fintech 2022”, de FinteChile, un 75,8% de los consultados tiene pensado realizar inversiones en los próximos 6 meses y un 79% está evaluando expandir su empresa a otros países. Además, la reciente Ley Fintech en el país representa un avance significativo para promover la innovación financiera, una mayor competencia y el desarrollo de nuevos productos y servicios.
No obstante, a parte de la regulación que es tremendamente importante, uno de los grandes desafíos es acompañar estos procesos de transformación tecnológica de un cambio cultural que implique pensar de manera digital, anteponiendo el uso de la tecnología a los desafíos del negocio y entender que el financiamiento es fundamental para acortar la brecha digital.
Desde ahí, los retos de la industria se orientan a mejorar la experiencia del consumidor final, transitar hacia la nube o sistemas 100% web, optimizar los soportes tecnológicos, capacitar en educación financiera para sacar el máximo provecho de las nuevas soluciones o ecosistemas financieros y brindar una ciberseguridad robusta.
Uno de los principales mitos es que las herramientas fintech son difíciles de usar o de difícil acceso, sobre todo las que son 100% web. Esto implica, además, que se crea que son inseguras en el manejo de datos personales. Pero todo eso está muy lejos de la realidad. Hoy existen plataformas extremadamente seguras y de muy fácil acceso para empresas de todos los tamaños y sectores.
En ese escenario, las proyecciones y perspectivas futuras para esta industria son muy positivas, pues las fintech no solo facilitan la interrelación y conectividad, sino también dan acceso al mundo del financiamiento para desarrollar y hacer crecer los negocios.
Según el informe “Agenda Fintech Rumbo a 2025”, de Finnovista y Mercado Pago, en 2021 se realizaron 991 inversiones de capital de riesgo a empresas fintech latinoamericanas por un valor total aproximado de US$7.800 millones. Y aunque en lo que va del 2022 se ha ralentizado, 3 de cada 4 inversiones se han destinado a empresas en etapa semilla, lo cual pronostica una segunda ola de inversiones de seguimiento hacia mediados de 2023.
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