Por: Gonzalo Melej Elgart. Fundación Chile Sustentable
La generación eléctrica en Chile es responsable del 32% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país. El cierre de las termoeléctricas a carbón es sin duda un desafío urgente y necesario para enfrentar la crisis climática y terminar con las zonas de sacrificio, pues su retiro reduciría las emisiones del sector desde 30 a sólo 3 millones de toneladas de CO2 equivalente cada año.
Sin embargo, para lograr la carbono neutralidad al 2050, como establece la Ley Marco de Cambio Climático, se requiere una segunda fase de desfosilización de la matriz eléctrica; retirar también el petróleo y el gas natural. ¿Es posible?
El pasado 6 de diciembre, Chile Sustentable con Global Methane Hub dieron a conocer el estudio “Escenarios para el retiro del gas de la matriz eléctrica en Chile al año 2035 (recomendación AIE para economías avanzadas) y al 2040 (desfosilización moderada)”, donde se identifican las inversiones en generación renovable y almacenamiento necesarias para desgasificar el sector eléctrico. Los resultados son favorables.
Gracias al potencial de generación renovable que tiene Chile, eliminar el carbón, petróleo y gas de la generación eléctrica no solo es posible, sino que incluso es más económico. Después de retirar el carbón necesitaríamos instalar 3800 megawatts (MW) de generación solar y eólica y 900 MW de almacenamiento, para reemplazar las 20 centrales que hoy operan en base a gas natural. Con ello, Chile lograría un 96% de generación renovable, quedando sólo un 3,5% de generación fósil como respaldo del sistema.
Esta inversión lograría reducir en 0,6% el costo de la operación del sistema eléctrico al año 2035 y en 6,2% al año 2040; es decir, las inversiones adicionales para eliminar el gas de la matriz eléctrica se pagarían completamente con los ahorros en los costos de operación. Además, se reducirían las emisiones a sólo 1,5 millones de toneladas de CO2 equivalente cada año.
Los beneficios de la desgasificación son destacados por la Agencia Internacional de Energía en su reporte “Net-Zero by 2050” de 2021, donde recomienda a los países de economías avanzadas retirar el gas natural del sector eléctrico al año 2035, y al 2040 para las demás naciones, a fin de estabilizar el calentamiento global y lograr emisiones netas cero al 2050, como establece al acuerdo de París.
Simultáneamente, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en su informe ¿Es el gas natural una buena inversión para América Latina y el Caribe? Alerta que el gas natural no es la mejor opción para la transición energética, sino que, por el contrario, podría retrasarla. En su lugar, recomienda incentivar la expansión de energías renovables como vía óptima para reducir las emisiones, los costos de la generación eléctrica y generar más empleos.
Así, lo mejor para enfrentar la crisis climática, terminar con los daños en la salud de las comunidades locales y a la vez alcanzar la carbono neutralidad, es reemplazar todos los combustibles fósiles del sector eléctrico por energías renovables y almacenamiento, lo que permitiría reducir las emisiones de GEI, la contaminación local y los costos de la energía.
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