Por: Natalia Pardo K. Gerente de Comunicaciones Corporativas Chile y Argentina en Henkel
Tenemos un país con particularidades geográficas que todos conocemos. Más de 4.300 kilómetros de extensión desde el Norte, donde limitamos con Perú y Bolivia, hasta el extremo Sur de nuestro continente. Sin duda, esto nos proporciona paisajes irrepetibles, desde un árido desierto, hasta glaciares majestuosos, todo acompañado por la imagen de nuestra Cordillera de Los Andes y sus montañas que van tornando de naranjo a blanco.
Pero más allá de la belleza que esto implica, que, por supuesto, el turismo saca sus grandes dividendos. ¿Cómo las empresas podemos hacer uso de esta particularidad geográfica y climática?
Henkel es una multinacional alemana, presente en casi 80 países del mundo y con 146 años de historia. Cada país tiene la misión de actuar como emprendedor, buscando oportunidades para hacer prosperar el negocio, basándose siempre en la promesa de llevar una agenda de crecimiento con propósito.
En Chile, vimos una oportunidad. La línea de adhesivos para la construcción y su marca Bekron tiene una presencia tremendamente importante en el Norte de Chile, y para abastecer esta demanda se estaban realizando más de 400 viajes anuales hasta la zona. Cada uno de esos 400 camiones recorrían 1.200 kms con 25 toneladas de producto. Buenas noticias para las ventas. Malas noticias para el medioambiente. La huella de carbono que estaba dejando nuestra distribución era gigantesca.
De esa forma, le ofrecimos a nuestra casa matriz ser pioneros en un nuevo modelo de negocio de fabricación: las plantas modulares. Consta en la instalación de una fábrica pequeña que tiene la facilidad de ir agrandándose si es que la demanda así lo exige, o de cerrarse y trasladarse a otra zona en caso de que el proyecto no sea rentable.
Y fue así como en noviembre y diciembre 2022 aterrizamos en Arica y Antofagasta, instalando una planta de última tecnología en cada región. En estas tierras encontramos una de nuestras materias primas más importantes, la arena, y el clima de la zona nos la ofrece en un estado en el que no necesita someterse a un proceso de secado, lo que se realiza normalmente con gas natural.
De esta forma, no sólo seguimos contribuyendo a hacer más verdes nuestras operaciones y a minimizar nuestro impacto medioambiental, sino que también impulsamos la economía local utilizando proveedores de zonas extremas, y aprovechamos el lujo que la geografía chilena nos ofrece.
La invitación a las empresas es simple: repensemos. ¿Podemos crecer con propósito? ¿podemos hacer las cosas distintas y ser más amigables con el medioambiente? En Henkel, nuestra respuesta fue: SÍ.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.