Por: Álvaro Paredes. Data scientist de Data Observatory
Desde pequeños nos enseñan que los océanos cubren casi las tres cuartas partes de la superficie terrestre, pero a veces poco nos explican el por qué cumplen un importante rol para mantener la vida en el planeta. La NASA indica que los océanos contribuyen a la generación del 50% del oxígeno que respiramos (gracias al fitoplancton), a la absorción de cerca del 25% de todas las emisiones de CO2 y del 90% del exceso de calor generado por el cambio climático (los primeros metros del océano almacenan la misma cantidad de “calor” que toda la atmósfera), por lo tanto, nuestros mares son fundamentales para mantener el delicado equilibrio climático. Además brindan un hábitat para innumerables especies y contribuyen a actividades críticas como la pesca, el turismo y el transporte.
El incipiente aumento en el volumen de datos que se recolectan por diferentes medios a nivel mundial, hace que la Ciencia de Datos cobre cada vez más relevancia ofreciendo herramientas invaluables para comprender la complejidad de estos ecosistemas marinos.
El desarrollo de diversas técnicas analíticas e incluso predictivas, se ha acelerado por hechos lamentables, como la tragedia de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en 2010 (ubicada en el Golfo de México), la peor catástrofe de vertido de petróleo no voluntario en la historia de la humanidad. Este terrible suceso evidenció la urgencia de contar con herramientas eficientes y efectivas en tiempo récord.
En Data Observatory (DO) trabajamos en una serie de proyectos con datos abiertos que permitan la interoperabilidad y colaboración entre diferentes actores (universidades, gobiernos, ONGs, servicio público, etc), ya que como institución, queremos contribuir al enorme desafío de cuidar nuestros planeta, especialmente a nuestros océanos, donde creemos que el potencial de los datos abiertos es un insumo fundamental para generar políticas públicas más asertivas.
En esta línea, hemos trabajado iniciativas con IFOP (plataforma de recursos pesqueros), Sernapesca (anuario estadístico digital) y el Centro de investigación IDEAL (con la plataforma STARM). También hemos impulsado Hackathones con la Fuerza Aérea e INRIA, esta última especialmente enfocada en la temática marina, donde equipos multidisciplinarios buscan encontrar soluciones a problemáticas medioambientales mediante ciencia de datos aplicada.
Otras herramientas como la teledetección, tienen un potencial cada vez más grande para el monitoreo de nuestros océanos, con un continuo crecimiento en el número de sensores disponibles y mayor resolución (espacial y temporal). Iniciativas destacables como el proyecto Global Fishing Watch, que mezclan la Ciencia de Datos e imágenes satelitales para monitorear y rastrear la actividad pesquera en todo el mundo con el propósito de identificar la pesca ilegal. Por otro lado, plataformas como Data Cube Chile (en la que participa el DO junto a CSIRO Chile y la UAI), buscan acercar este enorme volumen de imágenes satelitales a la comunidad, con el fin de facilitar el análisis de este tipo de información a todos los actores involucrados.
La gran extensión de los océanos y la dificultad para comprenderlos, sin duda representan grandes desafíos para las tecnologías. Hoy tenemos mejores instrumentos, mayor capacidad de análisis y mejores modelos para entender, explicar y predecir lo que sucede en nuestros mares. Sólo resta entender sus principales procesos y contribuir con apoyo de nuevas herramientas a su conservación, que de paso, nos entregan mayores chances de sobrellevar el cambio climático como humanidad.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.