Esta es una de las conclusiones de un estudio presentado por la Cámara Chilena de la Construcción en el marco de la 12a Conferencia Internacional de Ciudad, el que aporta una línea base para debatir sobre las prioridades de la inversión pública en bienestar territorial
En los últimos dos años (2021 y 2022) las iniciativas públicas para impulsar la calidad de vida en el territorio movilizaron recursos similares al presupuesto de la Política Habitacional en igual período: US$ 4.473 millones y US$ 4.043 millones, respectivamente. Este es uno de los antecedentes que contiene el estudio “Iniciativas de inversión pública en bienestar territorial”, presentado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en la apertura de la 12a Conferencia Internacional de Ciudad.
Nicolás León, gerente de Estudios y Políticas Públicas de la asociación gremial, explicó que “el objetivo de este análisis es aportar una reflexión inicial –a partir de datos oficiales– sobre el comportamiento de la inversión pública que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas en materia de infraestructura básica, acceso a servicios y equipamientos, vialidad y movilidad y seguridad pública, considerando proyectos con impacto local, ya sea que se emplacen en áreas urbanas o rurales”.
El ejecutivo agregó que “esperamos que este estudio sirva como línea base para iniciar un dialogo multisectorial sobre la forma en que se priorizará este tipo de inversiones en los próximos años”.
Principales datos a nivel nacional
Entre los organismos que lograron movilizar mayores recursos en bienestar territorial durante el período analizado destacan los ministerios de Vivienda y Urbanismo (24%), de Salud (21%) y de Obras Públicas (21%), así como los gobiernos regionales, que concentraron el 20% de la inversión.
Asimismo, el estudio estima que un poco más de la mitad de la inversión total (51%) se concentró en cuatro regiones: Metropolitana (US$ 932 millones, 21%), Valparaíso (US$ 533 millones, 12%), La Araucanía (US$ 417 millones, 9%) y Biobío (US$ 381 millones, 9%). Esto sería consistente con la distribución de la población en el territorio nacional, siendo un aspecto positivo a profundizar.
En cuanto a su destino, de los US$ 4.473 millones, cerca del 50% se vinculó a mejoras en las áreas Transporte y Salud. Otro 30% se enfocó en las áreas de Desarrollo Urbano y Recursos Hídricos.
El caso de la Región Metropolitana
El estudio analizó especialmente el caso de la Región Metropolitana (RM), concluyéndose que, dentro de esta, la ciudad de Santiago fue la que captó la mayor cantidad de los recursos (67% de los US$ 932 millones obtenidos por la RM en el período) y que solo seis de sus 34 comunas -Santiago Centro, Providencia, Ñuñoa, Quinta Normal, Cerro Navia y Puente Alto- concentraron la mitad de los montos de inversión pública en bienestar territorial.
“A continuación, y dado que teníamos identificadas las iniciativas de inversión pública en bienestar territorial y su distribución a nivel nacional, regional y comunal, intentamos reconocer los criterios con que se asignaron en Santiago estos recursos. Consideramos dos criterios sociales (población y pobreza) y dos criterios territoriales (entorno urbano y vivienda pública) y el resultado es que se observan bajas correlaciones entre las inversiones y los cuatro criterios analizados”, explicó León.
Brechas de inversión territorial
Al analizar si existía más inversión en comunas con mayor población se observó que esto era efectivo en el caso de Santiago Centro y Puente Alto, pero que había comunas como Maipú y Quilicura que, a pesar de estar entre las más pobladas de la capital, se encontraban en la mediana y en la parte baja de la distribución de inversiones, respectivamente.
La correlación entre inversión y pobreza resultó aún más baja. Así, comunas como La Pintana e Independencia, que concentran parte importante de la pobreza de la ciudad de Santiago, recibieron escasos montos de inversión. Y pese a tratarse de iniciativas en bienestar territorial, la correlación entre estas inversiones y las carencias en materia de entornos urbanos resultó ser prácticamente nula. Entonces, comunas como Conchalí y Renca, con importantes déficits, registraron montos de inversión notoriamente bajos.
Por último, una correlación muy baja también se observó entre la inversión analizada y la presencia de viviendas subsidiadas. En este sentido, destacan las comunas de Peñalolén y Estación Central, que no registraron inversiones en bienestar territorial consistentes con la inversión en vivienda pública que se ha desarrollado en el mismo territorio.
El estudio de la CChC concluye que al aplicar en conjunto los cuatro criterios seleccionados, 12 comunas de Santiago muestran las mayores necesidades de inversión en iniciativas de bienestar territorial: Maipú, San Bernardo, Peñalolén, La Florida, Puente Alto, La Pintana, El Bosque, Santiago, Estación Central, Pudahuel, Renca y Quilicura. “Esto debería impulsar”, sostuvo el gerente de Estudios y Políticas Públicas de la CChC, “la búsqueda de una mirada global de las carencias a nivel urbano, tanto en materia de vivienda como de ciudad, y a tomar decisiones de inversión pública sobre criterios objetivos, asegurando que esta genere los mayores beneficios para las personas”.