Por: Alejandra Hurtado. Jefa del programa de Cuentacuentos de Fundación Mustakis
La sociabilidad es una característica definitoria de lo humano, ya que siempre está en relación con otras y otros, así como con el medio que nos rodea. Trata sobre cómo nosotros creamos en nuestra mente, entendida como un constructo complejo que incluye el pensar y el sentir como fundamentos de lo que hacemos, los procesos recursivos que hacen posible la evolución personal y colectiva.
Muestra de ello es el pensamiento crítico, la adaptación ante las adversidades y la valía de las emociones, además de la capacidad que tenemos de establecer juicios éticos y sobre todo, de ejercer la intelección; la acción o el efecto de entendernos y coordinar acciones, tal como lo planteaba Humberto Maturana.
Un ejemplo es la lectura. Es el gran catalizador del aprendizaje y pilar que sostiene la comunicación y no hay esfera de la vida en que no diga presente. No por nada es promovida por los Estados del mundo, al ser, tal vez, el analfabetismo el gran inhabilitador de la época moderna.
Pero como sabemos, no hay escritura sin lector, como tampoco hay aprendizaje sin comprensión. Un aspecto que al menos en Latinoamérica y el Caribe está al debe, ya que cuatro de cada cinco estudiantes de 11 años no alcanzan niveles mínimos de entendimiento, según UNICEF, quienes definen como relevante su fomento al impulsar las habilidades cognitivas y el bienestar emocional durante el crecimiento.
De hecho, Chile no es la excepción. De acuerdo a la OCDE, una de cada dos personas no comprende lo que lee. Y si nos apegamos a los últimos resultados del SIMCE (noviembre 2022), la lectura arrojó una baja de 4 puntos en 4° básico (267) y de 6 puntos en II Medio (243).
Quienes no entienden lo que leen, seguramente, tampoco lo harán con respecto a lo que necesitan, a lo que les falta, a lo que les gusta o que les hace bien.
Desde Fundación Mustakis no somos ajenos y desde nuestro programa de Cuentacuentos, hace más de 10 años, investigamos y desarrollamos proyectos para la formación efectiva de lectores, desde una mirada integral del proceso de desarrollo. Es decir, que sean capaces de crear opiniones propias que conecten con su interioridad y que la comprensión no se quede sólo en un libro o un artículo, sino más bien en la realidad y el mundo que nos rodea.
Inicialmente el foco fue formar adultos, mayores de 18 años, en el oficio de narrar historias e incentivar la participación de la familia en la formación de lectores, complementando así la tarea de la escuela. Poco a poco hemos ampliado nuestros esfuerzos y desafíos a entregar herramientas a educadores, bibliotecarios y afines para la formación de lectores desde la primera infancia.
De este modo, el proyecto en nuestros días se dedica a crear un ecosistema virtuoso alrededor del arte de leer, escribir, hablar y escuchar, con el objetivo de ser un referente en la formación de los lectores del siglo XXI en Iberoamérica.
Es así como hemos creado una ruta de aprendizaje que parte en la primera infancia, entre 0 y 3 años, con “Lecturas afectivas y sensoriales”, que promueven la exploración, la afectividad y los sentidos, por medio de instalaciones con diferentes materiales del uso diario, coloridas, atractivas, que permiten el desarrollo de la autonomía y el juego colaborativo.
Luego, esta ruta propone nuestra ludoteca itinerante llamada “Ludocuento”, para niñas y niños entre 4 y 6 años, donde por primera vez contamos cuentos y ofrecemos una ludoteca con juegos sorprendentes que se vinculan a los cuentos contados en cada sesión.
Para enseñanza básica nuestra ruta de aprendizaje ofrece cuentos en el aula, que denominamos “Cuentos en tu escuela”, y por último esta ruta propone para niñas y niños entre 8 a 10 años nuestros clubes de lectura, llamados “Lectores Sin Frontera”, que democratizan la actividad en el modelo educativo y profundizan sus efectos: Su forma de aprender a mirarse internamente y mirar el mundo que les rodea , proporcionamos un espacio seguro, cariñoso y democrático para promover la comprensión y lógicamente el placer por la lectura.
La metodología que utilizamos en las distintas actividades que realizamos cuentan con escucha, observación, exploración, juego y el desarrollo sensorial, como base de aprendizaje de la niñez y que promueve un desarrollo holístico.
Comprender lo que leemos no tiene que ver sólo con libros, páginas o escritos, sino con nuestro espíritu humano, nuestro cuerpo y nuestra mente. Es cultivarnos como individuos sociales y amorosos, capaces de poner palabras a nuestras emociones, desarrollar nuestra imaginación y profundizar en nuestra comprensión del mundo. Cada texto es un reflejo de nosotros porque al sumergirnos en su lectura, tejemos más hilos de nuestra propia historia.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.