Por: Claudia Valdés Muñoz. Gerente general de BBSC
Sin duda, la nueva ley que obligará a todas las empresas a reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales representará un desafío para la productividad. Y a pesar de que muchos líderes empresariales se han preparado con antelación para enfrentar éste y otros cambios normativos, para las pymes puede ser aún más complejo transitar por un camino que parece imponerles cada vez más obstáculos.
El precio del dólar, las altas tasas de interés, el costo de la energía y la escasez de mano de obra, por ejemplo, han elevado las alertas invitando a pequeñas, medianas y grandes empresas a planificar con tiempo el próximo año. Y es en esta acción donde el Lean Management podría ser de gran ayuda.
Esta metodología podría contribuir a la resolución temprana de diversos problemas y, al eliminar el desperdicio, mejorar la eficiencia, reducir costos e incluso optimizar la calidad de los servicios en una empresa. En los años setenta grandes empresas, a nivel mundial, comenzaron a aplicar este enfoque que aterrizó en Chile para ir despejando las ineficiencias.
Sin importar el tamaño de la organización, “sacar la grasa”, es decir, todo lo que no contribuya a alcanzar los objetivos no puede sino traer beneficios y, debido a las crisis que enfrentamos como país, acelerar el cambio cultural que se necesita para adoptar metodologías modernas y nuevas herramientas tecnológicas se ha vuelto imperativo.
Nos acostumbramos a ser lentos, a trabajar poco y a desaprovechar las oportunidades que abre la tecnología que muchos observan con cautela. Pero, las generaciones nuevas vienen con otra mentalidad. Mientras que para una empresa tradicional una quiebra significar el fin de la carrera empresarial, para las startups, ésta representa una oportunidad.
Así lo hemos comprobado al asesorar contable y tributariamente a un mundo tan diverso, donde la mirada holística nos ha llevado también a entregar recomendaciones que, a veces van un poco más allá de nuestro campo pero que las pymes agradecen especialmente.
En este sentido, nuestro consejo para quienes sienten que los problemas parecen insalvables es: pensar estratégicamente e incorporar todas las herramientas y metodologías que puedan ayudarles a adaptarse rápidamente a los cambios. Verán que con planificación y mejorando la eficiencia, resolver las dificultades se va volviendo más fácil.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.