Vicerrector de Investigación, Innovación y Postgrado de la Universidad de Antofagasta, aborda en esta entrevista la iniciativa, la que una vez que se convierta en ley, será la piedra angular del desarrollo científico que Chile necesita para su futuro, y así, dar pasos firmes para transformarse en una economía basada en el conocimiento
Si bien considera que es un importante avance para la institucionalidad del desarrollo científico y que Chile necesita con suma urgencia, sostiene que el proyecto no considera realmente a las Universidades del CRUCH siendo que ellas generan más del 90% del conocimiento, y que incluso, mantiene una visión centralista al considerar sólo la creación de 4 seremis asociadas a macro zonas no claramente definidas.
La anterior, es la visión del vicerrector de Investigación, Innovación y Postgrado de la Universidad de Antofagasta, Dr. Marcelo Oliva Moreno, respecto al proyecto de ley que crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología en Chile, iniciativa que fue presentada recientemente en un encuentro realizado en la Universidad Católica del Norte.
Para conocer más sobre su parecer respecto del proyecto, conversamos con el académico de la UA, abordando la iniciativa y los factores que no apoyarían la descentralización y que podría convertir a la iniciativa en otra fallida creación de un Ministerio.
¿Cuál fue el origen de este proyecto?
“La necesidad de una Institucionalidad para las ciencias es una aspiración de la comunidad científica desde hace mucho tiempo. Los primeros acercamientos a esta idea vienen desde inicios de los 90, pero es a partir del informe de la Comisión Presidencial de Ciencia para el Desarrollo de Chile: Un Sueño Compartido para el Futuro de Chile (Julio de 2015), que se entregan lineamientos concretos sobre esta nueva institucionalidad”.
¿Representa realmente a la comunidad científica universitaria?
“El proyecto enviado por el ejecutivo está generando comentarios específicos desde la Comisión de Vicerrectores de Investigación del CRUCH en cuatro ejes centrales, estos son: institucionalidad, financiamiento, regionalización y participación”.
¿Cuáles son esos comentarios específicos?
“Es un factor crítico para el éxito del proyecto que tanto durante su formulación como revisión de la estrategia, se considere espacios de participación y mecanismos de diálogo con los distintos actores del sistema y la ciudadanía, a nivel nacional y regional. Específicamente, no está considerada la opinión y participación del CRUCH, es importante recordar que las Universidades del Consejo de Rectores aportan con más del 90% de la producción científica nacional”.
“Por otro lado, este nuevo ministerio requiere la definición de políticas de Estado en ciencia, tecnología e innovación, con horizontes de desarrollo a mediano y largo plazo, de otro modo el sólo estará cumpliendo con políticas de gobierno que son de corto plazo”.
¿Estima que tiene un énfasis en la descentralización de la ciencia y la tecnología en Chile?
“No, en absoluto. Tanto es así que el proyecto plantea 4 seremis, manteniendo una visión centralista de Chile. El hecho de plantear 4 macros secretarias regionales ministeriales, sin criterios claros en cuanto a su ubicación, pero si respecto a la Región Metropolitana, evidencia que no se reconocen las particularidades territoriales, así como las necesidades de desarrollo regional”.
¿Sería algo parecido a cómo funciona el Ministerio de Energía?
“Ya se cometió un error cuando se generaron 6 seremis de energía para todo Chile, pues ¿acaso las necesidades del sector energético son importantes sólo para 6 regiones? Claro que no. Lo mismo pasa con el desarrollo de la ciencia y la tecnología”.
¿Cree que un ministerio será efectivo para aumentar la inversión en ciencia y tecnología?
“El proyecto no considera el financiamiento de la ciencia y la tecnología, sólo indica que será función del ministerio establecer anualmente, dentro de la disponibilidad presupuestaria del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, montos globales para el desarrollo científico y para el desarrollo tecnológico, comunicándolos a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo. Esto significa que serán las políticas del gobierno de turno quienes definirán año a año, y en función de la disponibilidad presupuestaria, el financiamiento para el sistema nacional de ciencia y tecnología. La ley no fijará el presupuesto, será una decisión política. De esa forma, vemos difícil que se aumente el escuálido 0.34% del PIB que dedica Chile a este sector”.
Marcelo Oliva es un liderazgo regional que aporta a la discusión y análisis de un ámbito tan relevante como lo es desarrollo de la investigación y la ciencia en Chile. Hoy, este investigador y académico, observa con atención como avanza el proyecto de crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el que para muchos es considerado como una necesidad de país, pero para otros sólo será un foco que no apoyará la descentralización y no incluirá aristas tan relevantes como la innovación.