El nuevo movimiento político, integrado por diversos rostros de la política criolla y personeros de la ex Concertación, critican el trabajo de la Convención Constitucional, enfatizando que “Ejerceremos el legítimo y necesario derecho si la Convención se extravía y nos lleva a un callejón sin salida”
Explicando los alcances del concepto de “amarillo” un total de 79 personas, entre las que se destacan Cristián Warnken, Carolina Goic, Luis Rivero, Vivianne Blanlot, Gutenberg Martínez, Jorge Burgos, Mariana Aylwin, José De Gregorio, Andrés Velasco, emitieron una declaración pública criticando el actuar de la Convención Constitucional.
De esta forma, los firmantes resaltan que “Hoy enfrentamos el peligro de lo que alguien ha llamado “estallido institucional”, cuando se vislumbra la posibilidad de que la Convención Constitucional, en vez de ofrecerle al país una Constitución que nos incluya a todos y ayude a construir un pacto social, nos lleve a un callejón sin salida que empuje a muchos de los que votaron “apruebo” y quieren que el proceso constitucional resulte, a quedar sin otra opción posible que la de oponer un “No” a una Constitución que no nos represente a todos”.
A juicio de los Amarillos por Chile, el órgano encargado de redactar una nueva Constitución ha carecido de espacios reales de diálogo. “Muchas de las propuestas que han emanado de las comisiones y algunas de las que ya están alcanzando los 2/3 en el Pleno están encendiendo la señal de alerta entre quienes no queremos la deconstrucción de Chile, ni su desmembramiento, ni su refundación desde cero, sino un nuevo comienzo que recoja lo mejor que hemos construido todos juntos en estas décadas y mejore de manera eficaz e inteligente lo que haya que mejorar”.
En el mismo sentido explican que “el intento de algunas facciones radicalizadas de la Convención de ignorar, e incluso borrar, a un sector político significativo del país (la centroderecha), tal como intentaran hacerlo en la Constitución del 80 los maximalistas de entonces (de signo inverso a los de hoy), es un error político garrafal. No hay que olvidar que ese sector obtuvo una votación muy importante en la última elección legislativa y un 44% en la elección presidencial. ¿Se puede hacer una Constitución viable sin incluir ni escuchar a ese sector, como si no existiera? Proponer un texto constitucional excluyente y que no naciera del genuino diálogo y la escucha también de la minoría sería una victoria pírrica que no le aseguraría una larga vida a dicha Constitución y solo ayudaría a polarizar aún más al país. Sería repetir el mismo error que cometió ayer una parte de la derecha”.
Agregan que “Por estas razones, de la misma manera que pedimos a la izquierda asumir su responsabilidad democrática en abrirse a una genuina y respetuosa escucha, solicitamos a la derecha no abandonar el proceso Constituyente de manera precipitada: ambos sectores se deben a los electores que los eligieron para estar ahí en un proceso difícil, cuyo fracaso sería muy negativo para nuestra democracia”.
Finalmente, entregan un apoyo condicionado al resultado final del trabajo de los constituyentes, enfatizando que “apoyaremos el trabajo de la Convención si esta avanza en la dirección democrática señalada, pero ejerceremos el legítimo y necesario derecho a la crítica si la Convención se extravía y nos lleva a un callejón sin salida. No hacerlo sería una irresponsabilidad. Estamos preocupados, encendemos las alarmas y encenderlas no significa ser catastrofistas. Una catástrofe sería llegar a un texto impresentable al final de la discusión o no tener ningún texto que presentar”.