Por: Margarita Ducci. Directora Ejecutiva de la Red Pacto Global ONU– UNAB
Los múltiples escándalos de corrupción que se han conocido en el último tiempo han gatillado un mayor deterioro en la confianza de la sociedad, hacia diversas instituciones tanto públicas como privadas, haciendo que las personas estén más alertas y más críticas, ya que esto afecta de manera directa al desarrollo del país, la equidad y el bienestar ciudadano.
Las instituciones, que valoran su reputación han tomado medidas para irse regulando y han reaccionado de manera rápida cuando se han visto en riesgo de estas situaciones. Chile ha avanzado en la regulación de los temas de transparencia, como la Ley del Lobby (2014) y otras, y las empresas implementan políticas y regulaciones internas que velan por combatir la corrupción y malas prácticas.
Ante los numerosos casos de corrupción que han salido a la luz, en diferentes instituciones tanto en el mundo privado como público, se ha visto una tendencia a un mayor seguimiento y fiscalización de los casos.
Según el último ranking de percepción de la corrupción elaborado por Transparencia Internacional, nuestro país registró un retroceso de dos puestos en la clasificación general. En el informe, Chile se ubica en el puesto 26 en una lista de 180 países. En Latinoamérica, es visto como el segundo país menos corrupto, seguido por Uruguay (23). Al otro extremo se ubican Venezuela (169), Haití (157) y Nicaragua (151).
Es importante señalar también, que la transparencia y éxito de las compras públicas tiene efectos directos importantes en el sector privado. Una licitación bien hecha reporta información de precios a los compradores de ese mismo producto en el sector privado, permitiéndoles una mejor negociación, reducir sus costos y aumentando su eficiencia.
En cuanto a las empresas adheridas a la Red Pacto Global Chile, todas ellas emitiendo reportes de Sostenibilidad, se observa, sin embargo, que la reportabilidad ligada a la evaluación y detección de riesgos de corrupción en los centros y unidades de negocio, es más bien baja, con un promedio de 42%. En el rubro de Servicios Financieros alcanza un 11%.
La gran mayoría de las empresas se centra en exponer las medidas que tienen para evitar fraudes, pero sin reportar las cifras exactas detectadas o que se pretende detectar. Es importante que las organizaciones creen una cultura de mapeo de sus riesgos y esa medida pueda impulsar una oportuna prevención.
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