Por: Andrés Cargill M. Coordinador de la Mesa de Ciberseguridad de Chiletec. Asociación de Empresas Chilenas de Tecnología
La mayoría de las empresas observa la seguridad de una forma focalizada, por lo que sus principales preocupaciones se centran en la adquisición de soluciones de software para afrontar ciberataques.
Sin embargo, con el auge y uso masificado de tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, los criminales encuentran vulnerabilidades más fácilmente, afectando la infraestructura crítica directamente, y haciendo que las soluciones tradicionales sean incapaces de enfrentarlos.
Aunque los firewalls, anti-malware y sistemas anti-intrusiones siguen siendo necesarios para proteger la integridad de las infraestructuras de TI, no son suficientes. Así un enfoque de Ciber Resiliencia cobra relevancia no solo para centralizar los esfuerzos de la compañía por mantener fuera a los cibercriminales, sino para que, asumiendo su capacidad para vulnerar un sistema, disminuya el impacto de los ataques y se asegure la supervivencia de la organización.
De esta forma, la Ciber Resiliencia pasa a ser un enfoque clave dentro de una estrategia de ciberseguridad proactiva, planificando y mediando acciones cuyo objetivo es permitir el correcto funcionamiento de los servicios y la infraestructura de una organización durante una crisis de seguridad.
Por definición, la Ciber Resiliencia tiene en cuenta todo lo que pasa antes, durante y después de una emergencia; ayudando a evitar problemas como las caídas reportadas de varios portales de eCommerce, la falta de cumplimiento en la entrega de servicios ante una falla en la base de datos, o la falta de facturación debido a un ransomware que afecte el ERP.
Es por tales razones que, para que sea efectivo al momento de lidiar con una brecha de seguridad, este enfoque necesita partir de un entendimiento profundo de los riesgos potenciales que enfrenta la organización que a su vez están basados en la comprensión misma de la empresa. Para ello es clave el análisis detallado de todos los procesos que hagan uso de la tecnología, así como de las personas que la manejan.
La planificación llevada a cabo requiere hacer un análisis de los procesos fundamentales que permiten el correcto funcionamiento del negocio y las áreas en donde los riesgos pueden impactar de manera perjudicial la disponibilidad de servicios, la protección de datos y la integridad de la infraestructura.
Mediante el conocimiento de estos procesos, necesidades y riesgos, la organización que adopta un enfoque de Ciber Resiliencia tiene la capacidad de conocer qué tecnologías debe implementar en un mediano o largo plazo. Adicionalmente, la compañía puede comprender la importancia de equipos especializados para la prevención de ciberataques como son los CSIRT y SOC, además de obtener información y recursos de equipos CERT.
Si bien una empresa se ve beneficiada directamente mediante la Ciber Resiliencia, ésta puede considerarse como un bien común, pues teniendo en cuenta que una organización aprende con las experiencias de otra, las colaboraciones y alianzas son un elemento clave dentro de este enfoque. Además, cabe destacar que este tipo de colaboraciones de gran impacto pueden ser de carácter estrictamente privado o darse entre empresas, entes reguladores y el Gobierno.
Por último, tanto los directorios como los gerentes generales deben ser los encargados de que la organización cuente con una estrategia de Ciber Resiliencia, ya que aunque estas iniciativas pueden surgir desde las áreas de TI o soporte, es muy difícil que allí se generen planes estratégicos para enfrentar los ciberriesgos con foco en el negocio de una manera oportuna y efectiva.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.